Nace el mototaxi

La solución a los atascos y a las prisas tiene un nuevo nombre: mototaxi. Esta es la fórmula empresarial presentada por Lorena Carrasco, de 18 años, y Patricio Babasasa, de 19 años, a ambos estudiantes de Formacion Profesional en la rama de administrativo, ganadores del I Concurso de Ideas Empresariales de la Comunidad de Madrid.Se trata de un servicio de recogida de pasajeros, a domicilio o en la calle, en moto. "Creemos que es una buena manera de evitar los atascos y de no llegar tarde a las citas. Se trata de una idea original, por eso nos han premiado", aseguran estos futuros empresarios.

De momento, tienen la idea, que se comenzó a fraguar durante la última huelga de autobuses. Patricio tenía que utilizar el coche para trasladarse desde Fuenlabrada (165.000 habitantes), donde vive, al Instituto San Roque en Carabanchel, donde estudia. En pleno atasco, veía pasar las motos sin detenerse. "Pensé que podría ser un gran negocio", explica.

Ahora les hace falta el capital. Después de manejar muchos números, calculan que necesitarán alrededor de cien millones de pesetas para poner en marcha el negocio: una oficina en el centro de la ciudad y dos sucursales en Barajas y Leganés (178.000 habitantes). "Si no conseguimos el dinero, empezaremos modestamente. Iremos poco a poco", explica Lorena.

Para arrancar, aseguran que necesitarán tres tipos de motos. "Pero no nos sirve cualquiera, queremos que tengan una cilindrada potente", adelanta Patricio. Ya tienen seleccionados los modelos y el tipo de servicio que ofrecerán con ellos: una Yamaha SR 250, para los pasajeros de la ciudad; el modelo Kawasaki GP, para traslados y recorridos por las localidades de la periferia, y una BMW 450, para excursiones por la región.

Pero lo más importante será la búsqueda de motoristas. "No es lo mismo conducir un coche que una moto, que entraña más peligros", señala Lorena, quien asegura que para ofrecer un buen servicio es necesario que los chóferes tengan una experiencia mínima de cinco años, el carné y los permisos de conducir en regla, y superar, ademas, varias pruebas médicas y prácticas.

La estructura de la empresa sería muy sencilla: en las oficinas habría telefonistas para recoger los mensajes y estar en permanente contacto, a través de un radiotaxi, con los motoristas. Las tarifas de este servicio se calcularían mediante un pequeño ordenador-calculadora, y dependerían del número de kilómetros y la velocidad media. "Puede ser que cobremos más que los taxistas, pero nosotros seremos más rápidos".

Lo tienen todo estudiado. Hasta la manera de captar clientes y quitarles el pánico a las motos.