Los regionalistas rechazan un "pacto de progreso" con IU

Ni con Hormaechea ni sin Hormaechea parecen tener remedio los males gubernamentales de Cantabria. La comunidad cántabra ha demostrado hasta ahora que no sabe autogobemarse. Hoy es, por defecto, la región que más transferencias tiene pendientes y en proceso de negociación. Desde junio de 1993 no ha recibido traspaso alguno.Todos creían que una vez apartado Juan Hormaechea de la política, por decisión de los tribunales, los comicios harían más fácil gobernar Cantabria. El 28-M las urnas dieron 13 escaños al PP, 10 al PSOE, siete a la Upca, seis al PRC y tres a IU. Pues no ha sido así. Si nadie lo remedia antes de la segunda votación de la sesión de investidura, Cantabria tendrá que repetir elecciones el próximo año. El Parlamento regional, con 39 escaños, precisa 20 para mayoría absoluta y 19 para la simple.

Para evitar nuevos comicios y conseguir gobernar, el mercadeo de los pactos y votos empezó la misma noche del 28-M. Hoy hay dos propuestas sobre la mesa, la del PP y la del PSOE. Los populares han adelantado que jamás renunciarán a hacer valer que son la lista más votada y pretenden un Gobierno tripartito: PP-PRC-IU. Con los regionalistas el PP sumaría 19 votos y precisaría la abstención de IU para lograr en segunda votación el Gobierno por mayoría simple.

Los socialistas, lo mismo que IU, propugnan un Gobierno de progreso con el PRC, partidos todos que no sumarían más de 19 votos y que para ser elegidos precisarían que PP o Upca se abstuvieran o el apoyo de un tránsfuga de la derecha.

La Upca, el partido de Juan Hormaechea, propugna, sin que nadie quiera negociar con él, un Gobierno de coalición con el PP, que a su vez insiste en que jamás se volverá a aliar con la Upca, esté o no Hormaechea.

Y todo ello por culpa de 1.040 votos, los que precisaba el PP para haber sumado el diputado número 14, con el que la cantada alianza PP-PRC hubiera sido un hecho. La comparecencia de tres partidos más de la derecha (Upca, CRCA e INCA) dejó a los populares con la lista más votada, pero sin sufragios suficientes para alcanzar la presidencia de la región.Con la Upca, jamás

La corta pero intensa historia de los inexistentes pactos empezó la misma noche del 28 de mayo. Los regionalistas, por medio de su líder, Miguel Ángel Revilla, fueron los primeros en ofrecerse a negociar con el PP. Una hora después Julio Neira, número uno de la lista del PSOE, reclamaba un Ejecutivo de progreso con PRC e IU, a pesar de que horas antes había asegurado que los votantes del PRC eran de derechas.

La Upca hizo un guiño al PP por medio de un artículo de prensa, insinuando a los populares que si se aliaban con la gente de Hormaechea iban a obtener mayor poder institucional. El PP hizo oídos sordos a la sugerencia y reiteró que con la Upca, jamás.

En las últimas horas se han intensificado los contactos para intentar completar el rompecabezas. IU y PP confirmaron su desacuerdo en las dos primeras reuniones. El PSOE sí se entendió con IU, en tanto que tras el encuentro de ayer entre IU y PRC, los regionalistas aseguran que "es imposible un pacto de progreso". Revilla, líder del PRC, es tajante y no admite siquiera la abstención activa de la Upca para alcanzar la gobernabilidad. Estaba previsto otro encuentro PSOE-PRC, pero ha quedado aplazado por incomparecencia de los regionalistas.

Diez días después de las elecciones sólo está claro que IU y su capacidad de ceder es la clave, y que el PP no renuncia a mandar con cualquiera menos con PSOE y Upca. El PRC insiste en el acuerdo con el PP, que no es suficiente. Nadie cuenta con los seguidores de Hormaechea.