CiU advierte que no garantiza su apoyo a los presupuestos

Convergència i Unió (CiU) ha empezado un capítulo de advertencias al Gobierno central en el sentido de que puede quedarse solo para los Presupuestos del próximo año si tuviera la tentación de modificar la política económica y hacer oídos sordos a las cuestiones autonómicas pendientes. Los dirigentes de Unió Democrática, socios del partido de Jordi Pujol, ya no se recatan en afirmar que es hora de romper con los socialistas antes de que el electorado catalán termine por castigarles duramente. El portavoz parlamentario de CiU, Joaquim Molins, dijo ayer al Gobierno que no dé por hecho el apoyo a los Presupuestos.Pujol y Felipe González probablemente conversen hoy en la conmemoración del X aniversario de la firma del acuerdo de adhesión a la UE, cuando sobre el primero arrecian las presiones para que rompa con los socialistas.

El tira y afloja entre el Gobierno y sus socios catalanes no ha hecho más que empezar, aunque los más veteranos de ambos lados auguran que en diciembre habrá presupuestos para 1996 firmados por las dos fuerzas políticas. Eso sí, antes se recrudecerá la presión sobre el Gobierno central y se oirán persistentes voces nacionalistas en contra de la colaboración.

La duda está en si Pujol decide convocar las elecciones en otoño o esperar hasta la primavera. UDC no tiene dudas de que se debe disolver la Cámara catalana en verano e ir a las elecciones en otoño.

El análisis de Unió no coincide en absoluto con el de la mayoría de los dirigentes de Convergència. Para CDC, como se puede escuchar en voz de su portavoz, resultaría absolutamente erróneo reconocer ante los ciudadanos catalanes que la colaboración con el Gobierno central ha perjudicado a Cataluña, cuando llevan dos años diciendo todo lo contrario. Quienes piden romper relaciones con los socialistas lo hacen, según CDC, por un análisis precipitado del resultado de las elecciones y su correspondiente pérdida de votos, en favor de ERC y del Partido Popular.

Los portavoces más fríos piden calma a los suyos, y así lo harán el domingo 18 en una reunión del Consell Nacional, y defienden el mantenimiento de la presencia de CiU en la vida política española porque a todos beneficia.

Un asunto como el del aborto supondría un serio inconveniente para CiU, ya que si el grupo democristiano lo rechaza se vería obligada a advertir al Gobierno sobre las serias consecuencias de una medida como ésa. Parlamentarios convergentes recordaban ayer que si el PSOE lleva la ampliación del aborto en su programa electoral, también ellos llevan otras materias a las que han renunciado de momento. Por ejemplo, la propuesta de supresión del impuesto sobre el patrimonio.

En el tiempo que queda hasta aprobar los Presupuestos, CiU confía en que se pongan en marcha acuerdos autonómicos, como lo que definen como políticas activas de empleo y en materia de Justicia e Interior, como el sempiterno asunto de los gobernadores.

La carta de Pujol

En la carta enviada recientemente por Pujol a González se pasa revista a los temas pendientes y se reafirma la importancia de la colaboración en las dos materias principales que justifican el apoyo nacionalista a la gobernabilidad: política económica y autonómica. Pujol también hace hincapié en la necesidad de negociar el proyecto de ley del Cable. La Generalitat aspira a que se le reconozcan competencias en la concesión del segundo operador de la futura red de televisión por este procedimiento.En su carta, que no tiene un tono conminatorio, según fuentes gubernamentales, Pujol asegura que sus reflexiones nada tienen que ver con el resultado de las elecciones y aborda los objetivos de la presidencia española de la Unión Europea.