El Celta la vuelve a liar en Sevilla
Los gallegos pusieron en aprietos primero a los sevillistas y ahora al Betis
El Celta la ha liado en Sevilla. Hace siete días amargó la UEFA a los sevillistas. Ayer zancadilleó al Betis. El equipo gallego ha preparado un derbi cardiaco. Betis y Sevilla, igualados a puntos, decidirán en Villamarín la vida o la muerte. Será un choque plagado de crueldad. El que caiga perderá el primer tren que parta hacia la UEFA. El Celta, que perdió a Salinas en el minuto 37, se encogió en su área en la segunda parte y sacó de Heliópolis el punto que necesitaba para escapar de los fantasmas de la promoción.La cosa empezó muy mal para el Betis. A los tres minutos Gudelj se encontró con un gol gratuito que dejó a los verdiblancos de madera. Jaime, asustado por la presencia de Gudelj, cruzó su pierna derecha y fusiló a Jaro. El equipo tuvo que encajar el bofetón. No había más remedio. La clasificación europea pasaba por superar una emboscada ingrata. El Betis sacó nervio. Apretó los dientes y se conjuró para aprobar con nota. El resultado fue un dominio aplastante, bien inventado por Alexis y conducido por Stosic. El Betis movió el balón con criterio, llevó su estrategia a las bandas y hundió al Celta en su área.
El empate pudo llegar en el "minuto ocho" en una jugada que Aquino terminó enviando el balón a la grada. Pudo llegar más tarde, si hubiera entrado un disparo lejano de Stosic y muchas más veces, porque cada ataque bético dejaba a Cano en evidencia. El portero celtiña no agarraba una. El sol, deslumbrante, y sus manoplas le jugaron muy malos ratos. El 1-1 se veía venir. La presión verdiblanca era agobiante y el meta, colaboracionista. En uno de los avances escorados de Menéndez, el balón voló al área y Márquez, de cabeza, lo puso en la red. Cano puso las manos, pero el débil testarazo acabó en gol.
Salinas terminó por poner las cosas más claras para su enemigo. Libró a su equipo del 2- 1, pero lo dejó diezmado. En una' excelente combinación entre Cuéllar y Stosic, el libre vasco derribó al serbio cuando sólo restaba al atacante eludir a Cano. Brito le expulsó.
Los vigueses estrenaron más intención tras el descanso. Paradójicamente, porque eran sólo diez futbolistas. Gil y el recién salido Tárraga oxigenaron la medular como no lo hizo antes un equipo más entero de fuerzas. El Betis no tenía tiempo para tapar. Su misión era desatascar el tapón que su rival mantuvo cerca del área de Cano. Por eso dejó agujeros. Gudelj, en un par de escapadas, amenazó el resultado, pero Vidakovic no estaba para regalos y siempre se cruzó bien.
Pero arriba el Betis no era el mismo. Falló la dosificación. El gol tempranero del Celta obligó a los de Serra Ferrer a emplearse a fondo antes del descanso. El esfuerzo pasó factura. Ni la entrada de Sabas sirvió para hinflar los pulmones de su equipo. El El Betis llegaba a puerta sin criterio. Era el momento de estrenar la imaginación. Todo el equipo se abrazó a Cuéllar. Pero el extremeño no respondió. No tenía acelerador.
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