Etxebarría ejerce de Kodro
Jornada de contrastes en El Molinón. El baloncesto sube, el fútbol baja. Al principio, aplausos para los jugadores del Trébol Gijón, que acababan de conseguir el ascenso a la liga ACB. Al final, gritos de impotencia para los futbolistas rojiblancos, que acababan de ganarse a pulso el purgatorio de la promoción. Las dos últimas jornadas sobran para el Sporting, un equipo que es el claro reflejo de lo que dijeron sus dirigentes y técnicos allá por el verano. La Real, con Etxebarría haciendo de Kodro, simplemente fue mejor, aunque tardase en demostrarlo.
La Real jugó con una ambición sorprendente en un equipo que lo tiene todo hecho. No dio respiro al Sporting hasta que lo tuvo por debajo en el marcador. Y eso lo consiguió en dos pinceladas de Etxebarría, esa joya goleadora que hace menos traumática la marcha de Kodro. Etxebarría demostró en Gijón todas las virtudes de los buenos rematadores: rapidez, colocación, habilidad, intuición y hasta suerte.
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