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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Efemérides

Durante las últimas semanas, su periódico ha conmemorado Varias efemérides relacionadas con el final de la II Guerra Mundial y la liberación de prisioneros de diversos campos de concentración nazis. Si de alguna forma se puede contribuir a evitar la renovación de la barbarie, ésta consiste en ejercitar la memoria, y por ello aplaudo la iniciativa.Sin embargo, he echado de menos el recuerdo de otra efeméride proporcionalmente igual de monstruosa. Recapitulemos los hechos: el 17 de abril de 1975, 13 días antes de la capitulación de Saigón, los guerrilleros del Jemer Rojo entraron en la capital de Camboya, Pnom. Penh, e inauguraron la revolución socialista total y el advenimiento del hombre nuevo. Tres millones de personas fueron conducidas con violencia a la jungla para formar brigadas de trabajo en los campos de arroz o en la construcción de canales en un régimen de esclavitud. En el proceso de ruralización del país murió medio millón de personas; la élite profesional, intelectual y política durante el Gobierno occidental de Lon Nol, fue perseguida y mayoritariamente eliminada en un brutal pogromo que pretendía descontaminar a la nación.

Por último, y una vez convertido todo el país en un inmenso campo de concentración, las penurias causadas por la brutal regresión promovida por el Angka, organización fantasmal y omnisciente, y su dirigente e ideólogo, Pol Pot, arrasaron la vida de dos millones de personas. Es decir, al menos un tercio de la población de Camboya fue exterminado en poco más de tres años. En la actualidad, Camboya espera el crecimiento de una nueva generación que supere la mutilación física y moral del genocidio del Jemer Rojo.

La memoria de la humanidad exige que su periódico recuerde también estos hechos, causados no por el fascismo o el nacionalsocialismo, sino por lo que Patxo Unzueta ha bautizado acertadamente como "polpotismo", monstruosa combinación de nacionalismo y leninismo, o maoísmo, que sigue causando estragos en el Tercer Mundo (Sendero Luminoso) y en el Primer Mundo (ETA).

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