Su voto, por favor

El lema. Un tesoro que en cada elección buscan con ahínco políticos y publicistas. La clave: resumir el mensaje que capte el voto. Y que sea diferente de la oferta de la competencia. Madrid encara sus quintas elecciones democráticas para renovar ayuntamientos -cuartas para el Gobierno regional- con los mensajes colgados de cientos de vallas y miles de farolas. Son imperativos y pragmáticos; sólo coinciden en el verbo: vota. Lejos queda el romanticismo publicitario de urnas pasadas. Las elecciones son una cosa definitivamente seria.Seria y con pragmatismo creciente a la hora de buscar el voto. "Soluciones", proclama el Partido Popular. Al lado, el retrato de Alberto Ruiz Gallardón (candidato a presidente de la Comunidad) o del alcalde con voluntad de repetir, José María Álvarez del Manzano.

El PSOE ha elegido un mensaje de tono urgido, algo inusual en convocatorias pasadas: "Precisamente ahora". Izquierda Unida apuesta por la certeza, "sin duda", y reclama el voto de la izquierda. Mientras, la publicidad institucional recuerda: "La elección es tuya".

Lemas didácticos

Los lemas electorales no han sido siempre así. En 1979, cuando los españoles reanudaban la, elección democrática de sus ediles -interrumpida desde la guerra civil-, menudeaban los lemas largos y didácticos: había que enseñar a votar.

La publicidad institucional era la primera en apuntarse a aquella corriente. Los partidos debutaban entonces con mensajes largos. Unión de Centro Democrático, con José Luis Álvarez de cabeza de lista, pedía el voto así: "Un alcalde UCI) para una ciudad mejor". El PSOE también recurría a la etiqueta partidista: "Tu ciudad necesita alcalde socialista". Y así acabó siendo: Enrique Tierno Galván obtuvo el bastón de mando. bu rival por la izquierda, en el Partido Comunista de España, era Ramón Tamames, quien llegó a invitar "a todos los niños de Madrid a montar en globo". De los tres partidos más votados, el Comunista fue el de lema más corto: "Entra en el Ayuntamiento".

Aún más a la izquierda, los maoístas de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) y del Partido del Trabajo de España (PTE), recién unificados, trataban de aupar a Francisca Sauquillo -ahora en el PSOE- con "nuestra unión hace tu fuerza".

Sauquillo quedó fuera en aquella primera cita del 3 de abril de 1979. Pero no sería la única. En la siguiente convocatoria, el 8 de mayo de 1983, Joaquín Garrigues Walker embarrancaba sus deseos de ser alcalde "con gestión ejecutiva y empresarial". A su partido liberal, PDL, no le salvó del naufragio el fuerte presupuesto. "Así gana Madrid. Vota la nueva alternativa", había proclamado.

Los tintes económicos alcanzan también en 1983 a la propaganda institucional, que ahora tiene una doble misión: buscar el voto para los ayuntamientos y para la recién nacida autonomía. "Invierte en tu futuro, vota", "no dejes tu voto en el aire". Para el Gobierno regional, además, un apunte distinto: "Ahora, con la autonomía, la salud

[la cultura, etcétera] en tus manos".

En esta segunda convocatoria municipal, el PSOE gobernante recurre a una frase breve: "Por el pueblo", seguida de "un buen gobierno en tu Ayuntamiento". El mismo esquema busca aupar a Joaquín Leguina como presidente regional: "Por Madrid. Un buen gobierno para tu autonomía". Alianza Popular apuesta por un mensaje que evoca la movida. "Jorge

[Verstryngel con todos. Y marcha Madrid". Idéntico lema para el candidato regional ("Perinat con todos...") para acabar redondeando con el patrón: "Fraga con todos. Y todo marcha". Alianza Popular no llegó muy lejos con tanta marcha. El PSOE alcanzó la primera presidencia regional y renovó mandato municipal sin necesitar el apoyo del PCE. Los - comunistas, no obstante, reincidían en el lema corto: "Con nosotros". Y una apostilla: "Ayúdanos a seguir".

En la siguiente cita con las urnas, el 10 de junio de 1987, los madrileños ya tienen experiencia sobrada. Sin embargo, la publicidad institucional se toma más imperativa: "Lo suyo es votar".

Los socialistas, que perderán la alcaldía a mitad de mandato, enarbolan su gestión: "Por las cosas bien hechas". Tierno ha muerto y Juan Barranco es el candidato que resulta elegido. Alianza Popular reincide en el mensaje modernista, que ya no cheli: "Porque corren nuevos tiempos en Madrid". El PCE, ya en Izquierda Unida, se limita a un "ahí está".

El cuarto partido en liza, el Centro Democrático y Social (CDS), con Agustín Rodríguez Sahagún a la cabeza, anuncia: "El centro avanza". Dos años después, en 1989, una moción de censura derriba a Barranco. La alcaldía llega a manos de Sahagún con el apoyo de AP.

Y llega la cita del 26 de mayo de 1991. Álvarez del Manzano alcanza el mando encaramado en los carteles de "eficacia". El PSOE, que repetirá en la Comunidad, predica "decisión de progreso". E Izquierda Unida asegura: "IU tiene otro valor".

Los mensajes, generalmente decididos por las direcciones nacionales, han cambiado. Los soportes, menos. Pero caramelos e insignias (pins) tienen más éxito que dípticos o fotos de los candidatos, coinciden dos responsables de distintos partidos. Mensaje sí, pero práctico.