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Carlos Cano sale de una operación de siete horas

El español Valentín Fuster dirigió la intervención en un hospital de Nueva York

Carlos Cano se recupera en una unidad de cuidados intensivos del hospital Mount Sinai de Nueva York de una compleja y peligrosa operación, de siete horas de duración, a la que fue sometido durante la noche del jueves al viernes (hora de España). El cirujano jefe de la intervención fue el español Valentín Fuster, jefe del departamento cardiovascular del centro sanitario. El agente del cantante, Antonio Peña, que llegó a Nueva York en la tarde de ayer, dijo después de hablar con el doctor Fuster "Podemos notificar que la intervención ha sido altamente satisfactoria, incluso mejor de lo que pensábamos". Peña advirtió, sin embargo que hasta dentro de cinco o seis días el diagnóstico no iba a ser definitivo. Carlos Cano, según su agente, se encuentra consciente y mueve todas las extremidades.Cano, de 48 años, fue operado a vida o muerte de un aneurisma disecante, una gravísima dolencia cardiovascular que puede estar producida por una arteriosclerosis, o bien en las personas muy jóvenes por una enfermedad congénita. El cantautor fue trasladado en avión-ambulancia privado desde Granada hasta la ciudad norteamericana, acompañado por su mujer, sus dos hijas, dos médicos -Inmaculada La Casa y Francisco Cantalejo-, y un ATS, Roberto Ariza.

Fuentes del hospital y distintos especialistas indicaron que hasta pasadas las primeras 48 horas posteriores a la operación no se puede evaluar el resultado de la misma. A la mortalidad en quirófano, que puede superar incluso el 75%, se añade el riesgo de graves complicaciones, como la parálisis.

El aneurisma disecante parte de un debilitamiento de la pared de la tubería más importante del cuerpo humano: la arteria aorta. Cuando se produce, la sangre se sitúa entre las dos capas arteriales y, si finalmente se rompen, la muerte es fulminante. El tratamiento en la mayoría de los casos es una intervención quirúrgica, en la que al sufrimiento del corazón se añade el riesgo que conlleva el debilitamiento de la pared aórtica.La intervención puede limitarse a reparar el trozo aórtico afectado bien por refuerzo de la pared, bien sustituyéndolo por una prótesis. Pero a veces es necesario cambiar también la válvula cardiaca aórtica e incluso reimplantar las arterias coronarías del corazón.

Tanto Fuster, considerado uno de los mayores expertos. mundiales en origen de la arteriosclerosis, como la familia de Carlos Cano se mantuvieron durante el día de ayer al margen de los medios informativos y declinaron hacer cualquier comentario sobre el estado de salud del cantante.La llegada de Cano al Mount Sinai el jueves por la noche estuvo también rodeada del más absoluto secreto, y durante ese día el hospital ni siquiera quiso confirmar que estaba registrado como paciente. El transporte. en avión privado del cantante a Nueva York se estima en 12 millones de pesetas, y la intervención, en unos siete millones de pesetas.

Este tipo de operaciones se realizan en España con éxito en casi todos los grandes hospitales públicos, razón que han alegado varios cirujanos para mostrar su extrañeza por la elección de Estados Unidos.

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