"Yo quiero una ciudad europea, y Maragall una americana"

Pregunta. ¿Se juega usted el domingo más o menos cosas que en la fracasada operación reformista de 1986?Respuesta. Aquello fue muy diferente. Yo me ofrecí a participar en la política española, pero como el electorado dijo que no, pues no. Pero nadie pudo decir que no nos queríamos ocupar de España. Ahora es muy distinto. El reto es conseguir el gobierno de la ciudad.

P. Si pierde, ¿estará ante el fin de su carrera polítíca?

R. Los próximos, cuatro años me quédaré en el Ayuntamiento, gane o pierda.

P. Nunca antes los nacionalistas estuvieron tan cerca de la alcaldía. ¿Es usted el mejor candidato que ha presentado CiU?

R. Estamos a punto de tocar el cielo, pero en eso influye mucho el momento. Ramon Trias Fargas y Josep Maria Cullell fueron excelentes candidatos, pero lo fueron en momentos adversos. Yo tengo la suerte de serlo en un momento en que nadie discute la necesidad de cambio.

P. ¿Anhela usted la alcaldía de Barcelona como una vía hacia la sucesión de Jordi Pujol?

R. No. El Ayuntamiento no es ningún trampolín para nada. Mi ambición es ser alcalde durante ocho años, ni uno más.

P. Imaginemos que las urnas bendicen esa ambición suya. ¿Sería el año 2003 un buen horizonte para que Roca optase a la presidencia de la Generalitat?

R. Entonces ya seré muy mayor: 63 años.

P. No es una edad usual de jubilación política...

R. ¿No? Ya hablaremos.

P. ¿Qué es lo mejor y lo peor de Barcelona?

R. Los tres grandes fracasos de Maragall son la circulación, la vivienda y el empleó. Lo mejor es la arquitectura, puntual de calidad que se ha hecho en la ciudad, pero no la planificación urbanística, porque ésta no ha existido.

P. Usted mima al pequeño comerciante. Reniega de las grandes superficies y de la apertura en domingo. ¿Pero qué hay de los consumidores?

R. Si el comercio abriera los domingos, todos acabaríamos trabajando. El descanso dominical fue una gran victoria de la clase trabajadora. ¿Y ahora vamos a cargarnos esa conquista de la humanidad? Yo defiendo un modelo de ciudad de progreso: el domingo, oferta lúdica total, pero no comercio. Yo quiero una ciudad europea y Maragall quiere una ciudad americana. Allí abren los domingos, entre otras cosas, porque no tienen lugares de relación social como los entendemos en el Mediterráneo. Ellos crean grandes superficies comerciales y allí van a pasar el día. Nosotros, para eso, ya tene mos las avenidas, con sus tiendas y sus cines y sus bares.

P. Propone usted que Barcelona se fije más. en las pequeñas y medianas ciudades de Cataluña que en las grandes del resto de España. ¿No menosprecia los problemas comunes a las grandes ciudades?

R. No creo en el lobby de grandes ciudades españolas. Si Barcelona quiere ser capital de Cataluña, debe encabezar las reivindicaciones de los municipios catalanes. El socio de Barcelona no ha de ser Sevilla, ni Valencia, ni Madrid, sino las ciudades de Cataluña. Y, fuera, París, Nueva York y Londres, para obtener proyección internacional.

P. El PP ha exigido a CiU que abandone al PSOE en Madrid como condición para, llegado el, caso, apoyarle a usted en el Ayuntamiento de Barcelona. ¿Es viable un pacto CiU-PP?

R. Barcelona nunca será moneda de cambio. Todo el mundo tiene derecho a pedir el voto útil, pero útil para la ciudad, no para España. El PP, el PSC e IC harán lo que crean que deben hacer. No es asunto mío. Nuestra ambición es ser la fuerza más votada. En cuanto a España, CiU no apoya al Gobierno del PSOE, sino a una política económica concreta. Defendemos nuestra política económica, y si el Gobierno que sea la aplica no nos volveremos de espaldas.