Los votantes alemanes sacan la 'tarjeta roja' al Partido Liberal
Tarjeta roja para los liberales (FDP) y amarilla parálos socialdemócratas (SPD). Así titulaba ayer la agencia de prensa alemana DPA su información sobre el análisis de los resultados de las elecciones regionales del domingo en Renania del Norte-Westfalia, el Estado más poblado de Alemania, con 18 millones de habitantes -donde el primer ministro, el socialdemócrata Johanes Rau, ha perdido la mayoría absoluta-, y en Bremen, la ciudad-Estado menos habitada.
La metáfora futbolística refleja con exactitud la situación. El electorado barrió el domingo al FDP de los dos Parlamentos regionales (landtag) de Düsseldorf y Bremen, donde los liberales no llegaron al necesario 5%, y mandó un serio aviso a un SPD anquilosado y un tanto corrompido por largos años de ejercicio del poder en ambos Estados federados. El presidente del FDP, vicecanciller y ministro de Exteriores, Klaus Kinkel, cree que hay que aguantar como sea y no piensa dimitir.A pesar de estos resultados que afectan a los partidos, el dato más revelador de las dos elecciones del domingo lo constituye la formación de un nuevo grupo con una considerable mayoría, cada vez más alta, en la Alemania unificada: los abstencionistas. En Renania del Norte-Westfalia se registró la mayor abstención del último medio siglo, con una caída del 7,7% respecto a 1990, para quedar en un, para Alemania exiguo, 64,1% de participación. En Bremen votó un 68,6% del electorado, el porcentaje más bajo desde la elección de 1947 en esa ciudad. Sociólogos y politólogos empiezan ya a gastar materia gris en interpretar las causas del desencanto de los ciudadanos.
Con expresión satisfecha, el canciller federal, el democristiano Helmut Kohl, de 65 años, anunciaba de forma pomposa ayer en Bonn: "En Renania del Norte-Westfalia se acabó la era Rau ". Se refería Kohl al presidente de Gobierno del Estado con más peso en Alemania, el socialdemócrata Joahannes Rau, de 64 años, quien perdió en su cuarta campaña electoral la mayoría absoluta que había conseguido en tres ocasiones anteriores. En su bastión de las cuencas del Rin y el Ruhr, Rau y el SPD perdieron un 4% de sus votos y se quedaron en el 46%, un par de escaños por debajo de la mayoría absoluta en el futuro landtag.
Un duro trago para Rau
A Rau le queda ahora la alternativa de pasar a cobrar el cuantioso retiro con que en Alemania se recompensa a los políticos o tragarse el sapo de negociar con el partido ecopacifista Los Verdes, que duplicaron de un 5% a un 10% su caudal de votos y se muestran dispuestos a formar Gobierno en Renania del Norte-Westfalia a cambio de "dos o tres ministerios", como decían ayer para abrir boca.
Se trata de un duro trago para Rau, quien se hartó de repetir durante la campaña electoral que no quería hablar de coaliciones, porque él pretendía gobernar y no pastelear con Los Verdes. Rau insinuaba ayer eso de donde dije digo, digo Diego, y no sería raro que acabe por tragarse el sapo verde. Los Verdes, por su parte, calificaron el resultado electoral del domingo "de terremoto con repercusión federal".
La dirección socialdemócrata ha respaldado a su candidato en Renania del Norte-Westfalia pese a la pérdida de la mayoría absoluta al señalar que esperaba que Rau continuara como primer ministro, incluso para dirigir una alianza con Los Verdes. El presidente del SPDI Rudolf Scharping, dijo que confiaba en que Rau continuará en su puesto, aunque, en cualquier caso, destacó que se trataba de una decisión personal.
En Bremen, el SPD tuvo, con un 33,4%, el resultado más bajo de la historia de la República de Bonn, y ya ha rodado la cabeza del dirigente local, el actual presidente de Gobierno, Klaus Wedemeier. Una escisión de corte populista de antiguos socialdemócratas con ideología pequeñoburguesa, la agrupación Trabajo para Bremen (AFB), consiguió a la primera un 10,7% de votos y 12 de los 100 escaños del Parlamento local. Una de las ideas de esta AFB es "echar a los mendigos y desharrapados de la plaza del Ayuntamiento".
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