"De la Xunta sólo hemos recibido migajas"

Le expedientaron "por rojo", en la Universidad de Navarra; contribuyó a montar la Liga Comunista Revolucionaria en Galicia. Tiene 38 años, cuatro hijos y título de pediatra. Carlos Príncipe, alcalde e Vigo, es la primera vez que encabeza la candidatura local del SOE. Gobierna porque el resto e la izquierda exigió la renuncia de su compañero Manuel Soto, el candidato de hace cuatro años, a cambio de la coalición.Pregunta. ¿Es usted alcalde de rebote?

Respuesta. Soy alcalde por la cultura del pacto practicada en este ayuntamiento. Entré con plena legitimidad democrática, por el voto de 14 concejales, y puedo afirmar que el cargo imprime carácter: me siento alcalde.

P. El otro día fue usted corrido por un grupo de mujeres airadas que se oponen a la incineradora de basuras de Guixar.

R. Es mentira. Salí tranquilamente, anduve 200 metros y subí a un coche de policía. No he querido escudo policial y evito los enfrentamientos civiles. Les respondo con paciencia, tolerancia y firmeza: no las voy a perder.

P. ¿Esta planta de basuras es el agujero negro de su mandato?

R. Es un conflicto podrido por los intereses del sector inmobiliario. Y por un sector del PP y otro de mi partido que pretenden mantener privilegios insostenibles. Aquí el cambio del cambio lo empezamos con cuatro años de antelación, y yo soy su alcalde. Éste es un ayuntamiento transparente y el más progresista, donde los vecinos pueden intervenir directamente en los plenos. Yo he servido a la ciudad sobre los intereses particulares y de partido, he demostrado que sé defenderla. Represento a la gente que nació aquí, a los que hemos hecho de Vigo santo y seña de identidad común. He conseguido recuperar las señas de identidad locales: el viguismo renovado.

P. Con la ayuda de Madrid.

R. Así es. Más de 30.000 millones de un convenio con el MOPTMA, el proyecto medioambiental más ambicioso de Galicia (18.000 millones), la recuperación que significa el proyecto abrir Vigo al mar.

P. ¿Y de la Xunta, qué recibió?

R. Sólo migajas. Después de mucho batallar.

P. ¿En Madrid entienden lo del fletán?

R. El fletán es un accidente, lo que cuenta es la flota. Esta ciudad nació del mar y se debe al mar. El Gobierno se equivocó y nos ha puesto ante un futuro peligroso... Bueno, cada cual hace su trabajo.

P. ¿Cuando la crisis pesquera por el cierre de los caladeros de Namibia usted defendió la inhibición municipal.

R. Defendía los derechos de Namibia a ejercer la independencia que estrenaba. He peleado por la flota, y creo que fue significativa mi contribución al acuerdo con Argentina. Cuando llegué a la alcaldía había 90 barcos amarrados en puerto, sin opciones.

P. ¿Los candidatos del PSOE van por libre en estas elecciones?

R. Son elecciones locales, los programas han de responder a las demandas concretas de cada ciudad. Yo ofrezco la recuperación del tranvía, un parque tecnológico y la incorporación inmediata al proyecto Tulip de Citroën

[coches eléctricos para transporte público]. El Vigo del año 2000.

P. ¿Y si en Madrid cambia el color del Gobierno?

R. Ya tenemos resueltos los programas plurianuales. Pero lógicamente, en una ciudad industrial como ésta, un giro a la derecha aumentaría la conflictividad social. Vigo sólo es defendible desde posiciones progresistas, que serán siempre las mías.

P. ¿Y va a ganar?

R. Depende de los indecisos, de que el PP consiga su propósito de plantearlo como una contienda de Estado y le hagan caso. Hoy gano, según los sondeos, y espero ser alcalde el día 29. Porque lo otro es el PP y anécdotas. Un alcalde progresista o un alcalde del PP

[Manuel Pérez], eso nos ventilamos, y él no está enraizado en la ciudad como yo. Por cierto, ¿dónde se ha metido? No se le ve por ninguna parte.

P. ¿Pone usted muchos cuartos en la campaña?

R. Pongo ganas. No hago mítines, diariamente estrecho la mano a 1.500 vecinos y pago los cafés con mi dinero. Trato directo, en eso me empleo. Estoy seguro de que conmigo la ciudad gana. Antes iba para atrás, yo le he dado moral de victoria.