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La alegría colectiva

Nayim impulsó un balón hacia una trayectoria diseñada por los dioses. El Zaragoza sabe desde el miércoles que la gloria espera a quien la busca incluso agazapada en el minuto 120 de un partido. Los futbolistas son los grandes creadores de ilusiones colectivos de este fin de siglo. Nadie como ellos tiene la facultad de provocar un subidón instantáneo de alegre adrenalina en millones de personas al grito de gol. Un delantero parece un tipo con conexión directa con la magia.Los ricos también lloran, como en el viejo telefilme. El Zaragoza, un desconocido en Europa, es ahora campeón de la Recopa. Y en la Liga española es el momento de los equipos pequeños, incluso de los clubes de pueblo. El Compostela se mantiene dignamente en Primera División, donde también figuran el Celta de Vigo y el Sporting de Gijón. Y en Segunda, el Mérida es líder y el Eibar empuja en busca de una plaza en la zona de promoción. Lo importante es la afición, está comprobado. Los peatonales pueden hacer grande a un equipo aunque la localidad sea pequeña, pues simplemente se trata de llenar el estadio cada domingo.Mérida, la capital política de Extremadura, vive su temporada más hermosa. El equipo entra en la historia mientras suma puntos positivos por todos los estadios. Ayer fue en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde nunca había ganado. Correa y Reyes, dos centrocampistas, fueron los estiletes, los verdugos del Madrid. Los equipos gallegos y extremeños están de moda en la pasarela del fútbol español. El Mérida recorre la geografía del país seguido de numerosos autobuses cargados de seguidores, que participan de la contagiosa alegría colectiva del fútbol. Este deporte provoca emociones que es necesario compartir, resulta imposible -o muy triste- vivirlas en solitario.

Las plazas de la promoción de ascenso no tienen dueño . Lleida -tantas jornadas líder- y Salamanca empataron a un gol en el partido más interesante de la jornada. El Lleida marcó de carambola a cuatro minutos de la conclusión, cuando el portero visitante, Olabe, soltó el balón creyendo que la jugada estaba invalidada.

Y el Leganés casi está descendido tras su derrota en casa frente al Hércules. Una tristeza para el fútbol madrileño. Aunque el entrenador del Lega lo ha. dejado claro a la conclusión del partido: "No haremos un velatorio". Pues eso.

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