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FÚTBOL

La nueva vida de Van Basten

El mejor delantero europeo dice adiós harto de lesiones

La decisión ya está tomada, sólo que es terriblemente difícil de comunicar. De todas formas, cuando lo haga, cuando anuncie el final de su historia futbolística, Marco van Basten irá con retraso respecto a sí mismo, a los sufrimientos y las esperanzas de volver a ser el de antes, esperanzas frustradas primero y negadas después. Marco ya ha dicho, sin remedio, el no definitivo, aunque no públicamente, por respeto al acuerdo con el Milan y a la próxima visita de -seguimiento del doctor Martens la última, prevista para finales de mayo, la próxima semana, en Bruselas.Marco Van Basten lo deja, no habrá más balón de fútbol para él. Nada de controles suaves, el balón acariciado y sometido, puesto fácilmente en tierra como los modelos de avión teledirigidos. Nada de aperturas con el balón a media altura, de las que hacían exclamar "¡oooh!" a los aficionados del Milán pero también a los adversarios, rendidos ante tanta belleza. Nada de goles extraordinarios, dignos de aplausos generales, siempre: porque, si hay acróbatas del balón (ahí está Asprilla), capaces de marcar tantos emocionantes y fallar los fáciles, Van Basten ha sabido, simplemente, hacer bonitos los goles que marcados por otros habrían sido triviales, en una combinación depuradísima de golpes súbitos de talento y de aplicación con un solo objetivo una sola obsesión.

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Preciosos aciertos

Una pequeña -colección de aciertos que lo conseguido a lo largo de los años hace preciosos. "Parece como si bastara; en cambio, daría todo por seguir jugando", suspira el holandés. El primer punto sin retorno es la imposibilidad de ser normal, y no sólo como jugador. Van Basten ha empezado de nuevo a correr desde hace unas semanas, por fin sin dolor. Porque éste ha sido el verdadero problema de Marco: el mínimo esfuerzo más allá de los movimientos mínimos y el tobillo izquierdo empezaba a protestar, como si el dolor fuese ya parte integrante de la articulación. Cuando dejó de tener esperanzas en volver a ser el de antes, hace meses, Van Basten empezo a luchar para poder, al menos, volver a andar y correr como hacen los demás, los que trabajan en un banco o enseñan en un colegio; en pocas palabras, la gente común, la que se ve todos los días por las calles, afanándose en sus quehaceres.Ahora se da carreras ligeras, lo que le permite el tobillo, una condición absolutamente incompatible con el oficio de jugador, desgraciada para un joven ádulto apasionado por el deporte, pero casi afortunada para quien se ha pasado cojeando buena parte de sus diez últimos años de vida, con frecuencia acompañado de muletas. Incluso se casó con muletas hace ya dos años. Los apéndices ortopédicos, una figura ya común en las fotografías del goleador. "Llegas a un punto en el que cualquier cosa es mejor que el dolor, mejor que sentirse inválido, mejor que ir detrás del que nunca volverá a ser. Me alegra verlo ya sin aquel gesto en la cara, que sabía que quería decir me duele, no lo voy a lograr'. Al menos ahora está en paz consigo mismo. Que no deja de mucho", confesó su mujer, esbeth, hace unos días.

Nace así la segunda vida de Marco Van Basten, un joven de 29 años demasiado traqueteado, que implica el traslado a Montecarlo en compañía de su amigo de siempre, Frank Rijkaard. Así, se recompone de 1 forma átípica la pareja de amigos que coptribuyó a hacer del Milan el equipo más grande del mundo. Rijkaard dirá adiós al fútbol el próximo 28 de mayo, día del Ajax-Twente, última jornada de liga y cuatro días después de la final de la Copa de Campeones ante su Milan. Si todo le fuera bien a Frankie (y todo mal al equipo italiano), el holandés podría vencer en ambas competiciones, un final de carrera de ensueño para uno de los mejores centrocampistas del fútbol europeo en el último decenio.

Inmediatamente después, Rijkaard y su mujer, Monique, que ahora viven en Anisterdam con el pequeño Mitchell, organizarán su traslado al principado de Monaco. "Pero, antes e establecernos allí definitivamente, viajaremos por el mundo, al menos por un par de años, lo estamos deseando desde hace bastante tiempo", dice un hombre que no ha parado de viajar durante una carrera que le llevó de Amsterdam a Zaragoza, de allí a Milán y de vuelta a Amsterdam.

Entretanto, el internacional holandés ha creado un negocio tan insólito como afortunado: de hecho, Rijkaard ha lanzado una líneáde ropa interior masculina, la Under Jeans, diseñada por él. "Es una idea que se me ocurrío es tando en los vestuarios de toda Italia. Viendo lo mucho que se preocupaban por esto mis colegas, me dije '¿por qué no enseñar también a los holandeses el placer de usar una ropa interior elegante?". La nueva línea ha sido lanzada en 300 tiendas, y el jugador tiene la posibilidad de exportar la idea, gestionándola con la asesoría de un amigo desde Montecarlo.

Sólo golf

Van Basten, en cambio, vive en una casa poco lujosa en el, centro de Badhoeverdorp, una pequeña ciudad cercana a Amsterdam, A diferencia de su amigo, no le atrae la perspectiva de los grandes viajes, si es verdad que invitado con Liesbeth a ue, una gira suramericana por la pareja de amigos testigos en su boda, se dio rápidamente media vuelta. Menos de una semana para descubrir "que, en el fondo, no había nada realmente estimulante que hacer". Su después del fútbol, en pocas palabras, es todavía difícil de precisar, incluso en lo tocante a diversiones. La única hipótesis sólida se refiere a la apertura de un club de golf en el Principado monegasco.De hecho, Van Basten está considerado un excelente golfista, tanto como para ganar apuestas repetidas veces en el prestigioso green de Seregno, del que es cliente fijo. Por lo demás, el golf es un deporte muy difundido entre los pilotos de fórmula uno, agradecidísimos ciudadanos de Montecarlo. Pero es grande el disgusto de quien hasta ayer se creía futbolista pese a todas las operaciones sufridas, las infinitas convalecencias, las recuperaciones cada vez más largas, dolorosas. Y al que acompaña, en su incredulidad de niño obligado a crecer abandonando su querido juguete, la tristeza de todos los milanistas, que lo han admirado como a nadie a pesar de ser extranjero. Ayer mismo decía un abatido Teo Teocoli: "Desde hace meses sé que se ha terminado, pero todavía no me lo creo, es un adiós que me hace pedazos el corazón".

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