Seis operaciones en ocho años
La grandeza de Marco van Basten como jugador ha tenido su correlato en la exageración de su mala suerte con las lesiones.
En ocho años ha tenido que pasar nada menos que seis veces por los quiráfanos, una exageración para un futbolista, aunque sea delantero.
La primera intervención se remonta a noviembre de 1986, cuando el suizo René Marti operó al astro holandés en el tobillo izquierdo y el futbolista estuvo cuatro meses sin jugar.
Un año después, a su llegada a Italia, fue el tobillo izquierdo el que empezó a darle problemas. De nuevo el profesor Marti tuvo que operarle: seis meses de retiro forzado, su reincorporación precedió por muy poco al primer scudetto con el Milan de la era Berlusconi.
En septiembre de 1989 le extrajeron de la rodilla izquierda un fragmento de menisco. Le operó el belga Martens, el mismo que ha examinado al madridistas Michel. Sin embargo, tras haber ganado su tercer Balón de Oro, Martens tuvo que operarle otra vez. Diciembre de 1992: volvieron a abrirle el tobillo derecho para extraerle algunos fragmentos de cartílago.
El jugador holandés se reincorporó en abril, aguantó como pudo hasta mayo, cuando jugó -en condiciones penosas- la final de la Liga de Campeones en Múnich, perdida por la mínima ante el Olímpico de Marsella.
Martens volvió a abrirle el tobillo, anunció un largo tiempo de recuperación. En julio de 1994 fue operado de nuevo. Lamentablemente, también sin éxito.
