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BALONMANO

La infranqueable barrera del quinto puesto

España inicia el Mundial de Islandia buscando una plaza para los JJ 00 de Atlanta y mejorar su techo internacional

Algo le está ocurriendo al balonmano español. Desde los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 nunca ha podido saltar el listón del quinto puesto en un Campeonato del Mundo A o unos Juegos Olímpicos. El equipo nacional está abonado a esta posición, y Por más esfuerzos que se hagan, es infranqueable. De ahí no pasa. Y parece difícil que Cruz María Ibero, actual seleccionador nacional, pueda cruzar ese muro en el Mundial A de Islandia, donde España debuta hoy ante la floja selección de Kuwait."Ser quintos no es nada fácil", se defiende Ibero, que ha visto a España ser quinta en los mundiales de Suiza (1986),,Checoslovaquia (1990) y Suecia (1993) y en los JJ 00 de Barcelona (1992). "Aquí todo lo que no sea superar esa posición se plantea como un fracaso. Pero el balonmano es el único deporte de equipo español que alcanza estos puestos en los últimos años, si exceptuamos al waterpolo".

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Defensa y contraataque

La defensa del seleccionador nacional es franca y coherente. Sin embargo, lo que fue un éxito en Moscú se ha convertido en un fracaso especialmente a partir de 1990. Hay un motivo: la caída espectacular de la mayor parte de los equipos del Este de Europa. La ex URSS, la ex Yugoslavia, Rumania, Hungría, Polonia, la ex RDA fueron selecciones que vencían habitualmente a España hace unos años. Pero ahora o han desaparecido o están agotando los últimos cartuchos de sus últimas generaciones de grandes jugadores.

Sin todos estos equipos, cualquier otro quinto puesto no acepta la comparación con el de Moscú. Por otra parte, la explosión de los equipos de club españoles en Europa ha llevado a la falsa imagen de que el balonmano español es el mejor del mundo. Y ahí estamos, debatiéndonos los sesos en busca de respuestas que puedan explicar por qué el equipo nacional español sigue anclado en el mismo sitio que hace 25 años.

"Si España gana el Mundial romperá moldes", asegura Ibero en su análisis. "Sólo los países exportadores de jugadores ganan medallas. Y en España importamos". La Liga Asobal está llena de rusos, montenegrinos, serbios, croatas y suecos. Y son ellos los que copan las primeras líneas y asumen las responsabilidades en sus clubes.

Pero ahora, uno de ellos se ha convertido en español y existe la creencia de que su aportación puede ser importante: el ruso Talant Duishebaev. Es el primer central puro desde los años de Goyo. "Es un jugador que da riqueza al puesto del pivote", reflexiona Ibero. "Puede que se le recibiera mal, pero ahora todos le aceptan. Es un gran coordinador con la segunda línea, crea espacios y ve las jugadas".

Ibero dice con cierta ironía que cuando la selección pueda tener tres extranjeros ganara un Mundial. Ahora ya tiene uno. Pero los problemas llegan de otros derroteros: la falta absoluta de tiempo de preparación -sólo 15 días-, la dureza de la temporada que todos los jugadores acaban de finalizar, y los cruces de octavos de final (España puede enfrentarse a Dinamarca, Francia, Alemania o Rumania).

"Vamos a batir récords mundiales de falta de preparación", dice. "No sé lo que haremos. Me conformaría con el séptimo puesto, que nos daría la clasificación olímpica. Pero vamos a ganar".

Atlanta es un objetivo ineludible. No asegurarse un puesto supondría un fracaso sin paliativos de la selección española. Ahí no valdrían excusas. Todo lo demás es mucho más objetivable.

Ayer, en los primeros partidos del grupo A: Suiza, 26; Tunez, 22. Corea del Sur, 29; Hungría, 26. Islandia, 27; EEUU, 16.

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