Unos 100.000 espectadores animaron la fiesta

El éxito deportivo, tan anhelado, desde hacía años, en los grandes premios en España, no estuvo esta vez acompañado por los resultados de público. Al final se contaron alrededor de 100.000 espectadores, una cifra inferior a la de pasadas temporadas, aunque Jerez volvió a ser la meca europea del motociclismo. En realidad, sólo el circuito holandés de Assen puede discutir la primacía de la instalación andaluza.El ambiente, pese al descenso de la audiencia, fue como siempre extraordinario. Y la temperatura fue creciendo conforme se sucedían los éxitos de los pilotos de casa. Alrededor de la pista había pancartas de ánimo para la mayoría de ellos, con predominio de los apoyos a Crivillé y Puig, por lo que ningún aficionado marchó defraudado.

. La alta temperatura ambiental no provocó incidentes en el circuito, y tampoco hubo los problemas de tráfico de otros anos. El sábado por la noche, tanto Jerez como otras poblaciones cercanas también notaron un descenso de aficionados, aunque se repitieron los episodios de cada año con los motoristas.

Crivillé, tercero

Los aficionados celebraron con entusiasmo el triunfo de Puig y también el tercer puesto de Álex Crivillé. La victoria del piloto barcelonés dejó casi en el anonimato el complemento perfecto que supuso el tercer lugar de Crivillé, que permitió ver, por primera vez en la historia, a dos españoles en un podio de 500.

El nen de Seva, que supo estar en su sitio, observando de reojo y con sana envidia el éxito de su colega, realizó una buena carrera. Y también tuvo premio, su tercer cajón de la temporada. Mientras Puig y sus gentes celebraban el triunfo ruidosamente, Crivillé se retiró con su novia, Anna, a esperar otra oportunidad. Tanto él como Puig pueden ofrecer más tardes de gloria.

"Ha sido un gran día para todos nosotros", dijo Crivillé, algo enojado, sin embargo, por los problemas en la puesta a punto de la moto.