Victoria de sofá en Usera
El Moscardó, a medio, gas, se impuso al Ávila
Fue una victoria de sofá. El Moscardó, repanchingado y casi desganado, se quitó de en medio al Ávila sin apenas despeinarse, sin perder el aliento. El cuadro visitante demostró su precaria situación en la tabla: al borde del abismo, el Ávila no parece tener el talento necesario para esquivar la guillotina. El Mosca jugó a medio gas, y a pesar de la victoria ve cómo el vagón de ascenso se aleja silenciosamente: sólo una hecatombe del Pontevedra podría conducir a los madrileños al furgón puntero -les separan cuatro, puntos y quedan seis en juego-.
Ya se podía adivinar que el espectáculo iba a ser pobre antes de que empezara el choque. Hacer fútbol sobre el césped -es un decir- del Román Valero es casi una heroicidad. No es cuestión de que haya un par de calvas o de que las áreas estén absolutamente peladas: en el campo de cabras de Usera, los parches están hechos con distintos colores de tierra. Variada gama de marrones, mucho contraste, baches, bollos, boquetes y demás accidentes geográficos estimulan indefectiblemente la práctica del juego aéreo.
Aun así, Movilla volvió a demostrar que vive en la estratosfera de la categoría: parece llevar una pila incorporada que le hace jugar al doble de velocidad. Ve la jugada con dos segundos de antelación. Con cuatro detalles, y sin despellejarse, brindó a la sufrida afición los escasos toques que se pudieron apreciar sobre el campo de minas.
Goles aparte, los locales sólo crearon un par de oportunidades claras, por ninguna de los visitantes. El Ávila sólo dio muestras de algún peligro en la primera media hora. Cerrándose atrás a cal y canto, salió a la contra con cierta facilidad, pero sus iniciativas fenecieron a escasos metros del área. Con el primer gol, el conjunto visitante se vino abajo. Con el segundo, quedó fuera de combate.
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