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LA SUCESIÓN DE MITTERRAND

Jospin vaticina en Lille victoria en las dos vueltas

Los socialistas franceses pusieron ayer fin a la difícil campaña de la primera vuelta de las presidenciales en Lille. Se trata de la mayor ciudad del Norte, un feudo tradicional de la izquierda, con una alcaldía presidida por el patriarca Pierre Mauroy, primer ministro de Mitterrand entre 1981 y 1985.Varios miles de socialistas y simpatizantes se reunieron en el Zenith, un local normalmente reservado a los rockeros, para escuchar el mensaje de tres oradores de cabello blanco: el propio Mauroy, que aportó "razones regionales" al voto en favor de Jospin, Jacques Delors, que simboliza la dimensión europeísta de la izquierda, y el candidato, Lionel Jospin, desencadenado contra Jacques Chirac y mentalmente ya situado en la segunda vuelta. "Depués de eliminar a Balladur, ganaré a Chirac", dijo eufórico.

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El acto tuvo un tono deportivo-político, con más d 12.000 personas tocando trompetas y sirenas al tiempo que gritaban el clásico "¡Vamos a ganar!" mientras ondeaban sus banderas de Europa. Para Mauroy, el programa de Lionel Jospin, presentado como "el cambio del cambio", con su propuesta de reducir la semana laboral a 37 horas antes de 1997 y a 35 horas antes del 2000 "garantiza un mazazo decisivo contra el paro".

Un millón menos de parados

Delors dijo que "el proyecto de la izquierda supone disminuir el número de parados en un millón en el plazo de tres años".

El candidato socialista hizo en su discurso un inventario histórico de todas las conquistas sociales conseguidas por la izquierda, desde la escuela pública del siglo XIX hasta la liberalización de la televisión, asumiendo de pasada la globalidad del mitterrandismo. Recordó también que Jacques Chirac denunció, en su momento, a quienes propugnaban la construcción europea como "el partido del extranjero".

El mítin de Lille confirmó lo que se había ido dibujando a través de los últimos actos electorales: un cambio de tono en la medida en que ha parecido más factible que Jospin se interfiera en el duelo fratricida entre Balladur y Chirac, entre dos aspirantes del mismo partido gaullista. Para Jospin, que si logra llegar a la segunda vuelta lo deberá sobre todo a su propio esfuerzo, al de unos pocos socialistas y a la relativa estabilidad del mapa electoral, es muy importante que su por centaje se sitúe entre un 20 y un 22%. "Cuando me presenté el PS no estaba en condiciones de respaldar a nadie y apenas podía garantizar un 14% de los sufragios. Yo lo he devuelto a la vida", afirmó.

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