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Entrevista:

"Parecía imposible hacer sobrevivir a la mujer herida"

Carlos Sánchez Ferrer tiene 36 años. Madrileño de Tetuán, casado y con una hija de dos años, es médico del Servicio de Ambulancias Municipales de Urgencia y Rescate (SAMUR). Ayer, Carlos Sánchez protagonizó con su equipo el salvamento de Margarita González Mansilla, de 73 años, la persona que resultó gravísimamente herida en el atentado de la calle de José Silva contra el presidente del Partido Popular, José María Aznar. Su actuación decidida rescató en un primer momento de las garras de la muerte a la herida, que anoche aún pugnaba por sobrevivir.

Pregunta. ¿Cómo se enteraron del atentado?

Respuesta. Nos hallábamos en la estación de SAMUR de la Casa de Socorro de la avenida de Daroca. En tomo a las 8.10, escuchamos una fuerte detonación. Inmediatamente, recibimos un aviso en código de nuestra central de comunicaciones: nos anuncié un atentado y nos ordenó encaminarnos hacía José de Silva esquina a Arturo Soria. Tres minutos después llegábamos al lugar de la explosión.

P. ¿Qué encontraron?

R. Gente, humo y confusión. Reinaba un gran desconcierto. El coche bomba era un amasijo retorcido de chatarra. Vi el automóvil de José María Aznar. Los bomberos y la Policía Municipal retiraban velozmente los escombros de una casa cuyos muros se desplomaron por la explosión. Rescataron bajo los cascotes a una anciana de complexión robusta.

P. ¿Qué estado presentaba?

R. Había permanecido sepultada unos diez minutos. No tenía pulso ni respiración. Se encontraba clínicamente muerta.

P. ¿Qué sintió al verla en ese estado?

R. Dada su avanzada edad y el trance por ella sufrido, pensé que no se recuperaría. Parecía imposible hacer sobrevivir a la mujer herida; pero nuestro primer objetivo en SAMUR es luchar contra lo imposible.

P. ¿Qué hizo?

R. Sin dilación, comenzamos a reanimarla. Le aplicamos un masaje cardiorrespiratorio. La intubé por un procedimiento endotraqueal, aislando la vía respiratoria para impedir, que un vómito la ahogara, ventilando la vía al mismo tiempo. Trascurrieron unos doce largos minutos.

P. ¿Qué sucedió entonces?

R. Sorprendentemente, pese a la situación en que se hallaba, recuperó podo a poco la tensión y el pulso.

P. ¿Qué sintió usted?

R. Una gran alegría, y preocupación por las secuelas que le aguardan. Su estado es aún muy grave.

P. ¿Cuál fue la clave de su éxito?

R. Actuar con la rapidez e intención con la que actuamos: controlar la situación. No se puede sucumbir al desconcierto de los primeros momentos.

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