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TRÁFICO NUCLEAR

La fiscalía de Múnich acusa a otros tres españoles por el contrabando de plutonio

La fiscalía de Múnich, que ha procesado a los ciudadanos españoles Javier Bengoechea, de 61 años, y Julio Oroz, de 49, y al colombiano Justiniano Torres, de 38, por el presunto contrabando de plutonio útil para fabricar un arma nuclear, incluye en su escrito de acusación los nombres de otros tres españoles implícados en el caso. Dos de ellos, José Fernández; Martín y Julián Tejero Robledo, se encuentran en situación de "perseguidos" según el acta de acusación de la fiscalía.

Sobré el tercer implicado, de nombre Rafael, no se da cuenta de ninguna actuación judicial, aunque en la relación de los hechos acusatorios aparece como participante y figura clave en varias reuniones relacionadas con el contrabando de plutonio.Este diferente tratamiento de los implicados en el caso por parte de la fiscalía de Múnich parece confirmar las investigaciones del semanario alemán Der Spiegel en el sentido de que el factor desencadenante del contrabando de plutonio fue una provocación escenificada por el BND, el espionaje alemán, y su sucursal en el anexo de la Embajada alemana en Madrid.

Los repetidos intentos de conseguir por teléfono una declaración del fiscal de Múnich realizados por este periódico resultaron inútiles. En 10 ocasiones, el fiscal Dieter Emrich o estaba, reunido o atendía a la televisión.

En el acta de acusación de la fiscalía no se menciona en ningún momento la existencia de una operación de provocación efectuada por el servicio de espionaje alemán (BND), tal como denunció Der Spiegel. Según la acusación contra Bengoechea, "en primavera de 1994, en un momento que no se conoce con exactitud, el inculpado Bengoechea y los demás perseguidos, José Fernández Martín, alias López. Manolo, y Julián Tejero Robledo, alias Souza Manolo, que se hallaban en aquella época en España junto con los también inculpados Torres y Oroz, que a su vez se encontraban en aquella época en Rusia, tomaron la siguiente decisión: por medio de contactos telefónicos y en cooperación consciente se pusieron de acuerdo para obtener en uno de los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes) plutonio apto para la construcción de un arma nuclear. En esta situación, el inculpado Torres expresó que estaba en condiciones de conseguir a corto plazo unos doce kilos de plutonio con estas cualidades".

Fracaso de las negociaciones

El informe de la fiscalía de Múnich prosigue señalando que, a fines de mayo o principios de junio de 1994, "los demás perseguidos Fernández y Tejero llevaron bajo la asistencia del acusado Bengoechea en Madrid unas negociaciones de venta con un interesado, cuya identidad se desconoce. Sin embargo, estas negociaciones fracasaron definitivamente, porque no se podía conseguir en aquel momento la prueba de plutonio exigida por el comprador y porque ese mismo comprador no quiso pagar por adelantado".

A partir de ese momento, el caso, según la fiscalía, se trasladó a Alemania. Desde Ucrania, Oroz avisé a Bengoechea, que viajó a Múnich con una muestra de plutonio. El 9 de julio del año pasado Oroz y Torres viajaron en tren desde Moscú a Múnich, vía Berlín, y llegaron a la capital bávara después de dos días de viaje con la muestra de plutonio en un recipiente cilíndrico. Cuando llevaban 10 días en Múnich, "el acusado Bengoechea anunció por teléfono desde España que él mismo, el perseguido Fernández y una persona de nombre Rafael iban a trasladarse a Múnich". Este Rafael, según Der Spiegel, es un agente español al servicio del BND, que actuó como cebo en. la llamada Operación Hades.

La fiscalía muniquesa relata más adelante que Oroz y Torres se reunieron en la habitación de Rafael en el hotel Excelsior de Múnich, "para mostrarle brevemente la prueba aportada. Rafael, que fingía ser intermediario entre la parte vendedora y compradora, dijo en esta ocasión que el comprador podía venir en un par de días".

El 24 de julio, "Bengoechea y el perseguido Fernández viajaron en avión hacia Múnich para poder observar de cerca el progreso de la venta de plutonio planeada y asegurar la realización efectiva del negocio". En sucesivas reuniones participaron, ya como infiltrados, una persona llamada Adrian, que actuó de intérprete y era al parecer un agente del BND, y el presunto comprador llamado Walter que, según todos los indicios, se trataba de un agente de la policía criminal de Baviera.

A partir de este momento se sucedieron las reuniones en Múnich, los viajes a Moscú y se precipitaron los acontecimientos. Walter presentó un escrito del Hypo Bank de Múnich, el sexto banco de Alemania, con una garantía de hasta 276 millones de dólares (unos 35.000 millones de pesetas) por el plutonio requerido. Una prueba de litio, traída por Torres a Múnich, "fue entregada por Rafael el 8 de agosto de 1994 a la parte compradora, según lo convenido". Torres viajó a Moscú y fue detenido a su regreso con 363,4 gramos de plutonio. Oroz, que había ido a esperarle en el aeropuerto, fue capturado allí mismo, y Bengoechea lo fue en el hotel. Desaparecieron del mapa Rafa y Fernández y llama la atención que no hayan sido acusados por la fiscalía, lo que hace sospechar que formaban parte de la conspiración del BND.

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