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'Rallies matemáticos' hacen más atractivo al eterno 'coco' escolar

Xosé Hermida

"Las matemáticas y el inglés son asquerosos". En nada parecen haber cambiado las inveteradas aversiones escolares de casi todos los chicos del mundo. Hasta los profesores que han organizado en Galicia el rally matemático, disputado simultáneamente en el sur de Francia y en Cataluña, lo confiesan sin rodeos: "Las matemáticas siguen siendo el coco en la escuela".Por eso se han unido los docentes gallegos a esta experiencia, que combina la competición con la pedagogía para invitar a los chavales a resolver problemas en equipo. El método destapa sorpresas: irreductibles acumuladores de suspensos se apuntan a la idea con entusiasmo.

Un conjunto infinito

"¿Qué es un ángulo? Un conjunto infinito de semirrectas que convergen en un punto". Carmen, profesora de matemáticas y una de las organizadoras del rally, cita el ejemplo, extraído de un libro de los primeros cursos de enseñanza básica, para ratificar su tesis: "Con definiciones como ésta es muy difícil que los niños entiendan algo". Cuando no entienden se refugian en la pura memorística. Y los chavales crecen acumulando informaciones cuyo sentido desconocen. Terminan odiando las matemáticas porque las ven como algo abstracto e inútil. "El método", apunta Carmen, "está muy mal desde abajo. No conseguimos interesar a los chavales".

Carmen ha vigilado las pruebas del rally matemático en el Instituto de Pontepedriña, un barrio de Santiago de Compostela. Al mismo tiempo, otros 91 grupos, que sumaban en total 3.500 alumnos, participaron en toda Galicia en una experiencia organizada por Enciga, la asociación de profesores de ciencias de la comunidad autónoma, con el apoyo de la Xurita.

La iniciativa (una más: hay en toda España asociaciones de profesores entusiastas que trabajan activamente para combatir el sexismo en las matemáticas) surgió en el sur de Francia y a ella se han sumado docentes gallegos y catalanes. El premio será un viaje a Toulose en mayo, coincidiendo con la Semana de las Ciencias que se celebra en esa ciudad. El ganador del concurso en Galicia fue el equipo de alumnos de cuarto curso de secundaria del instituto de Quiroga (Lugo).

«Tratamos de popularizar las matemáticas, hacerlas amables y accesibles", explica Manuel Díaz Regueiro, coordinador del rally para toda Galicia, "fomentamos el trabajo en grupo, como un modo de intercambio de ideas. Eso lo diferencia de otros concursos, como las olimpiadas matemáticas, donde la competencia es individual".

Los alumnos de un curso completo se reúnen para resolver 12 ejercicios, que en ocasiones parecen entrar más en el campo de la lógica que en el de la matemática formal. Se añaden elementos- de la vida cotidiana de los muchachos. Así, se les pide que averigüen el precio de un videojuego a partir de ciertas, pistas o se les invita a estrujarse el cerebro con un enunciado sencillo: "Un nenúfar en un lago dobla su tamaño todos los días. En un mes cubre todo el lago. ¿Cuánto tiempo tardarán dos nenúfares en cubrir todo el lago?".

Los alumnos de tercero de secundaria del Instituto de Pontepedriña que participaron en el rally reconocen, con franqueza juvenil, que su interés principal es ganar el viaje a Francia. Pero el colectivo matiza que esa clase de ejercicios atenúa su alergia a las matemáticas, compartida. por casi todos sin excepción. "Éstos son problemas liosos, tienen bastante rollo, pero también parecen más lógicos y divertidos", apunta Rocío, la chica designada por el grupo para coordinar la resolución de los problemas. Sus compañeros -un grupo de 36 alumnos con sólo siete varones- están de acuerdo: "Te ponen ejemplos más relacionados con la vida".

Aversión

Cuando hablan de las matemáticas convencionales, no se molestan en razonar su aversión. Insisten, sin aportar más argumentos, que simplemente es una, asignatura ,asquerosa", cuya- utilidad no acaban de ver por ninguna parte. El trabajo en grupo obliga a los muchachos a organizarse autónomamente. En Pontepedriña los chicos sorprendieron a los propios profesores: dividieron los ejercicios entre tres equipos, con la coordinadora yendo y viniendo de una mesa a la otra para supervisar el trabajo. Los problemas difíciles, los resolvieron por separado cada uno de los grupos mientras Rocío cotejaba los datos. Las dos horas de prueba transcurrieron entre un enorme bullicio, que fue en aumento. Pero daba la impresión de que muy pocos trataban de escaquearse.

Ante los problemas más complejos, en vez del pánico habitual, los chicos reaccionaron con bromas. En uno de los ejercicios se planteaba buscar las parejas correctas entre un grupo de hombres y mujeres. Harta: de darle vueltas a tan endiablado asunto, Rocío se quejaba: "Parece una telenovela".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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