Atrapado en el ascensor
Un control remoto permite en miles de elevadores pedir y recibir socorro en caso de avería
Ni automóvil, ni metro ni ciclomotor. El transporte vertical, el ascensor, es el vehículo que más trayectos contabiliza anualmente en la Comunidad de Madrid: los 80.000 elevadores madrileños realizan al año más de 40 millones de desplazamientos de ascenso y bajada.El trasiego se desarrolla con cotas de seguridad superiores a las que presentan otros medios de transporte: en casos de emergencia dentro de un ascensor dotado de un dispositivo especial de control remoto, los usuarios atrapados en uno de estos elevadores pueden hablar, con una central que funciona día y noche todas los fechas del año y que envía ayuda urgente al usuario bloqueado. Es el último grito ideado para ahuyentar eficazmente la claustrofobia a los que quedan encerrados en los ascensores de Madrid.
La mayor parte de los viajeros madrileños suele realizar a diario más de cuatro desplazamientos en elevadores. Mediante una instalación que incluye una línea telefónica y un alumbrado de emergencia, ascensores de todo tipo y modelo pueden 'ser conectados a una central de ayuda, de ámbito nacional, que envía velozmente un mecánico para reparar la avería.
1 Hasta el momento, en Madrid se han instalado ya varios miles de controles remotos de este tipo, denominados REM, comercializados y centralizados por una firma multinacional de elevadores que tiene su sede próxima a la avenida de Arturo Seria.
El usuario atrapado dentro de un ascensor entra a menudo en trance claustrofóbico, cuando el elevador se detiene sin motivo aparente entre dos plantas. La. angustia suele hacer entonces, siniestramente, acto de presencia. Los viejos ascensores madrileños cuentan con, un timbre de alarma que -con bastante suerte, si suena bien y si en la finca hay portero- tarda agobiantes minutos en producir resultados. Hasta que acude el vecino más alertado, o el portero de la finca, el tiempo discurre con pasmosa lentitud para el atrapado.
Los casos de permanencias más duraderas en el interior de ascensores bloqueados suelen darse en etapas de vacaciones, en escenarios turísticos, según señalan algunos técnicos consultados.
Pulsar un botón
Si el elevador se halla dotado de este nuevo dispositivo, el usuario,, puede pulsar un botón que la instalación del control remoto incorpora: ello le permite conversar telefónicamente con el operador de la central aproximando la boca a la rejilla de un interfono situado encima del cuadro de mandos del elevador.La comunicación entra en funcionamiento junto con un alumbrado de emergencia: mientras el operador le tranquiliza y recibe del usuario información, aquél dictamina la causa aparente de la averia y anuncia al atrapado la duración aproximada de la reparación.
Acto seguido, el operador manda una orden informada a una de las delegaciones de la firma de ascensores para que cubra con prontitud la avería, si el aviso se produce en horas diurnas hábiles. Entre las diez de la noche y las ocho de la mañana, el operador, enviará al punto a un ascensorista de guardia -motorizado-, que es avisado generalmente a través de un teléfono móvil. El ascensorista parte inmediatamente hacia el destino indicado e inicia las tareas de reparación y asistencia.
Del mismo modo, mediante un modulador que convierte en analógicas las señales eléctricas, queda registrado el tipo de avería que el ascensor afectado presenta. El dispositivo envía los datos al ordenador central del servicio REM por la misma línea telefónica que emplea el usuario bloqueado para comunicarse con la denominada Mesa 24 horas, la central que recibe la información de la avería y que coordina la ayuda.
Todo ello permite no sólo atajar la avería cuando surge, sino también preverla con antelación a través de chequeos semanales que compulsan el estado de salud técnica del ascensor mediante la realización de controles periódicos de su calidad.
Un simple ordenador personal puede gestionar la información de hasta 500 instalaciones de ascensores. Muchos edificios públicos en Madrid han instalado ya este control remoto en sus elevadores, que cuesta unas 145.000 pesetas en ascensores de diseño antiguo y resulta algo más barato en los que ya lo incorporan a su fabricación.
Los ascensores madrileños poseen. velocidades de ascenso y bajada comprendidas de entre 63 centímetros hasta 6 metros por segundo. Los más evolucionados en el mundo alcanzan hasta 10 metros por segundo.
Desde 1877, fecha en la que fue instalado en Madrid el primer ascensor de tipo hidráulico, hasta 1952 no hubo en España reglamentación específica para los elevadores, que hoy suelen funcionar por electricidad de corriente alterna para velocidades inferiores a 2,5 metros por segundo; a partir de ese tope, funcionan con fluido eléctrico continuo. El frenado suele ser eléctrico o mecánico; puede ser progresivo.
Los ascensores más singulares de la ciudad corresponden a los de rascacielos como la Telefónica -recién modernizados-, Torre Picasso, Torrespaña y el edificio Mapfre, entre otros. El elevador de mayor recorrido en el mundo corresponde a la Torre CN de Toronto (Canadá), con 533 metros.
Puertas peligrosas
De los aproximadamente 80.000 elevadores con los que cuenta Madrid, entre 25.000 y 30.000 carecen aún de sistemas homologados de seguridad en las puertas, la zona donde tiene su origen la mayor parte de los accidentes.El reglamento español de ascensores de 1987, homologado ahora por la Comunidad Europea y perfeccionado en 1994, exige una serie de condiciones de instalación, espacio, maniobrabilidad, seguridad y otros aspectos al transporte vertical.
Así, las puertas han de ser indeformables y resistentes al fuego, fabricadas en materiales metálicos. Las nuevas puertas metálicas pueden resistir temperaturas de hasta 800 grados centígrados durante al menos 180 minutos y han de ser sometidas a una prueba de fuego previa y muy rigurosa, fiscalizada por la Inspección de Industria. El empleo de plásticos queda casi siempre prohibido en la fabricación de este medio de transporte vertical. Tales exigencias van siendo modificadas a medida que los avances tecnológicos se incorporan.
Línea REM-Otis. Mesa 24 horas. Teléfono 900 12 42 41.
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