Rusia asegura que no puede cumplir plenamente el tratado de reducción de armas convencionales
El ministro de Defensa ruso, Pável Grachov, declaró el pasado fin de semana, durante una visita de inspección a las fuerzas estratégicas, que Rusia no podrá cumplir con todos los puntos M Tratado de Reducción de Armas Convencionales en Europa (CFE) hasta que la guerra de Chechenia no haya terminado. Con anterioridad, Grachov había amenazado con el incumplimiento del citado tratado si la OTAN se ampliaba a la Europa oriental.
Ya no es el peligro del enemigo externo -la OTAN- lo que oficialmente obliga al Kremlin a ignorar el tratado de reducción de las fuerzas convencionales, firmado en 1990, sino las amenazas internas en una región de importancia estratégica y de gran inestabilidad política como es el Cáucaso., Y ello porque el histórico documento limita el número de armas convencionales que Rusia puede tener emplazadas en diferentes regiones y, en particular, en el sur de la parte europea del país."Sólo cuando las condiciones sean estables, Rusia podrá cumplir con todos los puntos del tratado de fuerzas convencionales. Pero ahora la cantidad de armas y equipo militar que el tratado permite tener a Rusia en esa región [el Cáucaso del norte] es claramente insuficiente", declaró Grachov.
El ministro de Defensa espera poder convencer a Occidente de que "los dirigentes de la desaparecida Unión Soviética cometieron un error cuando aceptaron firmar ese documento", pero difícilmente sus argumentos encontrarán comprensión. Está claro que los militares rusos hace tiempo que están descontentos con este tratado y, sueñan con encontrar razones de peso suficientes para justificar su incumplimiento. Ello explica que, a principios de mes, después de la entrevista que mantuvo con el ministro de Defensa norteamericano, William Perry, Grachov ya hubiera advertido que quizá Rusia se vería obligada a incumplir el tratado, pero por motivos muy diferentes: la posible ampliación de la OTAN hacia el Este.
El tratado sobre fuerzas convencionales en Europa, firmado en París el 19 de noviembre de 1990, se refiere hoy a 30 países -en el momento de su firma, cuando ni la URSS ni Checoslovaquia se habían desintegrado, eran sólo 22 países: 16 de la OTAN y seis del Pacto de Varsovia- y cubre un territorio que va desde la costa europea atlántica hasta los montes Urales en Rusia.
El documento fijó el número máximo de tanques, blindados, artillería superior a 100 milímetros, aviones y helicópteros de combate que pueden tener las partes y cada país en este inmenso territorio. Además, para los tanques, blindados y artillería se fijaron subniveles para las diferentes regiones: central, retaguardia y de flanco.
En 1990, para. la URSS se determinaron los siguientes niveles máximos: 11.350 tanques, 20.000 blindados, 13.175 sistemas de artillería, 5.150 aviones y 1.500 helicópteros de combate. Después de la desintegración de la URSS, estas cifras fueron repartidas entre los países que nacieron del ex imperio soviético y determinadas en el acuerdo firmado el 22 de mayo de 1992 en Tashkent. De acuerdo con éste, a Rusia le corresponden los siguientes niveles máximos (que deben ser alcanzados para el 17 de noviembre de 1995): 6.400 tanques, 11.480 blindados, 6.415 sistemas de artillería, 3.450 aviones y 890 helicópteros de combate. Pero en el flanco norte y en el flanco sur (es decir, en el distrito militar del Cáucaso del norte), Rusia no puede tener más de 700 tanques, 580 blindados y 1.280 sistemas de artillería.
Descontento militar
Los militares rusos, casi inmediatamente después de la desintegración de la URSS, comenzaron a hacer público su descontento con el tratado, especialmente en lo que toca a la existencia de limitaciones en los flancos.
Por eso, Rusia ha propuesto -mucho antes de la guerra de Chechenia, que sólo ha conferido más agudeza al problema- suspender la vigencia del punto del tratado que establece los límites de fuerzas en los flancos. En honor a la verdad hay que reconocer que la división regional tras la desaparición de la URSS crea situaciones, cuando menos, curiosas: en la provincia de Kaliningrado, por ejemplo, cuyo territorio representa menos del 0,5% de la parte europea de Rusia, el Kremlin puede tener, de acuerdo con el tratado, seis veces más tanques y 15 veces más blindados que en los distritos militares de Leningrado y del Cáucaso del norte en conjunto, los cuales ocupan más del 50% del territorio europeo de Rusia. Por eso, los rusos dicen que los límites en los flancos les empujan a concentrar sus armas convencionales en Kaliningrado y la frontera con Bielorrusia y Ucrania, lo que no responde a las actuales necesidades militares y estratégicas de Moscú.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.