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El 'caso Galindo' lleva a su punto más bajo las deterioradas relaciones entre Gobierno y PNV

El caso Galindo, la polémica sobre el papel de la Guardia Civil del acuartelamiento de Intxaurrondo (Guipúzcoa) y las actuaciones de su coronel-jefe, amenaza con llevar las, ya deterioradas relaciones entre el Gobierno y el PN'V a un punto de difícil retorno. A la conflictiva negociación sobre la culminación del Estatuto de Gernika y el enfrentamiento sobre el distinto enfoque que el Gobierno y el PNV tienen sobre el proceso de paz en el País Vasco hay que añadir ahora la polémica sobre el futuro de la comandancia de la Guardia Civil en Guipúzcoa. La recomposición de las relaciones entre el Gobierno y el PNV se convierte en una de las claves políticas al regreso de la Semana Santa. El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el superministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, protagonizarán esta ofensiva del Ejecutivo.

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El prisionero de Intxaurrondo

Desde el Gobierno se confía en que, la próxima semana, el clima político se presente más favorable a las relaciones con los nacionalistas, una vez pasada la festividad del Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca), propicia a la exaltación nacionalista.El PNV, a través de su portavoz Joseba Egibar, ha puesto el dedo en la llaga al señalar que el problema no radica en la destitución del jefe del acuartelamiento de la Guardia Civil en Intxaurrondo, el coronel Enrique Rodríguez Galindo, por las sospechas de responsabilidad en el caso GAL, sino en la adecuación de las fuerzas de seguridad del Estado al despliegue de la Ertzaintza (Policía autónoma vasca). Egibar aboga por una drástica reducción de la presencia de la Guardia Civil y una creciente participación de la Ertzaintza en la lucha antiterrorista.

Este asunto es una de las claves de las relaciones cada vez más deterioradas entre el PNV y el Ministerio de Justicia e Interior tras la dimisión de José Luis Corcuera. Su actual titular, Juan Alberto Belloch distanció sus relaciones con los dirigentes del PNV. Cortó los canales que Rafael Vera, secretario de Estado con Corcuera, había establecido con ETA y también las vías de comunicación con la policía del País Vasco-francés, lo que hizo perder fuentes a la Ertzaintza.

No obstante, Belloch y su equipo no tienen inconveniente en destituir a Galindo si las pesquisas sobre el caso LasalZabala le señalan, aunque en otros estamentos del Gobierno se percibe mayor sensibilidad hacia él por su papel en la lucha anti ETA.Doble disgusto

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Pero el malestar del PNV hacia la política antiterrorista del Gobierno también se produce en sentido contrario. El Gobierno censura al PNV su complacencia con HB, a quien otorgó el papel de interlocutor en la conferencia de paz organizada por Elkarri sin exigirle una petición a ETA de deponer las armas. Las manifestaciones del I`NV en favor de la autodeterminación han acabado por crispar al Gobierno.

"ETA y KAS son quienes reclaman la autodeterminación y la independencia. ETA mata por ello; KAS ordena que haya violencia y HB cubre política y socialmente ese objetivo. Cuando los nacionalistas democráticos agitan el mismo objetivo, es muy difícil no confundir a la ciudadanía entre eso y la violencia etarra", dijo el jueves el líder del PSE y ex vicelehendakari, Fernando Buesa. El dirigente socialista no dudó en calificar de "temerario" al consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, que un día antes se había referido, sin aportar pruebas, a sus puestas actuaciones irregulares de la Guardia Civil en la lucha anti-ETA.

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