Pecado de juventud
En Memoria a dos voces, Mitterrand vuelve a explicar como un pecado de juventud e ignorancia su adhesión al régimen colaboracionista de Vichy, y defiende con los mismos argumentos su larga amistad con el ex policía petainista René Bousquet, responsable de la deportación y muerte de cientos de judíos.Sobre el balance de su presidencia, dice: "Creo haber quedado muy por debajo de mis ambiciones". La abolición de la pena de muerte, la descentralización administrativa y Ias tomas de posición, decisivas para la construcción europea" forman parte de un balance del que podría estar orgulloso si tuviera propensión, dice, a sentirse orgulloso. Pero lamenta no haber hecho más contra el paro.
El presidente, al que en el mundillo político se ha llamado durante años Dios, profetiza: "La ciencia y las tecnologías van a desarrollarse, desordenando la baraja y obligando a los hombres a concebir una sociedad de producción diferente. La cultura asumirá un papel más importante. La ausencia de fe provocará la multiplicación de las sectas. Muchos esperarán a un taumaturgo como en las grandes tragedias de la Edad Media".
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