Un toque de nostalgia

Sobre la pradera del Estadio Olímpico dos históricos: Ajax y Bayern, los mejores equipos del mundo en la década de los setenta, cuando cada uno de ellos ganó tres veces consecutivas la Copa de Europa. Anoche, en un flojo partido que concluyó con empate a cero, sus herederos hicieron evocar con nostalgia, a los Cruyff y Beckenbauer, que comentaron el partido para la televisión privada RTL.Las posiciones de partida no podían ser más diferentes. El Ajax con su equipo titular, que llevaba 27 partidos invicto, había llegado a la semifinal sin apearse del autobús. El Bayern con media docena de titulares lesionados o sancionados, con un tercer portero que no hace mucho jugaba con el equipo de aficionados y en plena crisis por su mala posición en la Bundesliga, sin que faltasen los rumores sobre un posible cese del entrenador Giovanni Trapattoni. El diezmado Bayern salió muerto de miedo con un equipo sub 22 en media de edad y jugaron como 11 pardillos paralizados a la vista del raposo, sin advertir que el Ajax sólo jugaba a marear la perdiz.

El partido se diluyó en un centrocampismo anodino en la mitad correspondiente al Bayern. En la primera parte sólo el Ajax dio la sensación de que podía ganar. El Bayern sólo consiguió lanzar tres tiritos a la portería del Ajax, que pudo marcar en dos ocasiones por medio del nigeriano Kanu, que a los 15 minutos falló un gol a puerta vacía.

En la segunda parte de salida el Bayern llegó con peligro en tres ocasiones al área del Ajax y la defensa holandesa dio la impresión de no sentirse del todo segura. El partido se abrió, ganó en emoción y velocidad y dejó de parecerse a un torneo veraniego. Un tiro de Zickler desde fuera del área rozó el ángulo de la portería del Ajax y el Bayern pareció tomar conciencia de la posibilidad de ganar el partido. En un toma y daca, sin mayores momentos de emoción concluyó el partido que deja la eliminatoria pendiente para Amsterdam.