La Cámara rechaza el plan de Gingrich de acotar el mandato de los congresistas

El Contrato con América, la palanca que llevó a los republicanos a la victoria legislativa de noviembre de 1994, sufrió el miércoles por la noche el incumplimiento de uno de sus capítulos, quizá el más popular en la opinión pública. La Cámara de Representantes rechazó hasta cuatro versiones de una enmienda constitucional cuyo objetivo era limitar los mandatos de los congresistas, a seis años en el supuesto más estricto y a doce en el más generoso. Los republicanos nunca pudieron reunir los dos tercios necesarios para aprobar la ley. Newt Gingrich, que lleva 17 años en la Cámara, no tira la toalla y promete volver a intentarlo si su partido mantiene la mayoría después de 1996. En este caso, los republicanos veteranos han hecho causa común con la mayoría de los demócratas.En el debate de la Cámara, los congresistas recién llegados a Washington con el afán de ventilar el Capitolio estaban indignados: "Los representantes que llevan mucho tiempo aquí están fuera de onda, no reaccionan, forman parte de la cultura del poder y no de la de los que les eligieron", señaló Dick Zimmer, del Partido Republicano. "Pero si ya tenemos límites", replicó Bill Richardson, demócrata. "Se llaman elecciones". El republicano Henry Hyde resaltaba el valor de la experiencia y la necesidad de líderes, "que no se pueden encontrar en la guía de teléfonos", pero nada aplacaba la furia de su compañero de partido, Bob Inglis: "La arrogancia de este lugar es evidente. Lo que queremos es librarnos de vosotros: eso es lo que los electores os están diciendo cuando aprueban masivamente los límites".

El resultado de la votación llegó después de meses de apasionado debate sobre las ventajas y los inconvenientes de establecer límites en la ocupación del escaño, una idea que responde al enfado contra la clase política y que según varios sondeos, está respaldada por el 80% de la población.