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El presidente uzbeko mete a las urnas extensión de su mandato al año 2000

La población de Uzbekistán se volcó ayer a las urnas para votar la extensión del poder del presidente Islam Karímov hasta el año 2000. Ya al mediodía había votado el 40% de los 11 millones de electores de esta república centroasiática rica en algodón y oro, y se puede pronosticar sin temor a equivocarse que, siguiendo las viejas pero vivaces tradiciones soviéticas, el resultado será ampliamente favorable a Karímov.Karímov, de 56 años, decidió no esperar a 1997, cuando legal mente expira su plazo como presidente, y celebrar un referéndum para extender por tres años su mandato. El pretexto para seguir el ejemplo de su vecino del Sur, Saparmurat Niyázow -presidente de Turkinenistán, quien extendió su mandato el año pasado hasta el año 2002-, es hacer coincidir las próximas elecciones presidenciales con las parlamentarias, que deben cele brarse en el 2000.

El mantenerse en el poder por medio de plebiscitos es algo que se ha puesto de moda en los países centroasiáticos surgidos de la desintegración de la URSS. El viernes, Nursultán Nazarbáiev, presidente de Kazajstán, promulgó un decreto para celebrar el 29 de abril un referéndum con el fin de prolongar su mandato hasta el año 2000. Esta avalancha de plebiscitos también puede extenderse a Rusia, donde seguramente habrá partidarios de utilizar este método, más controlable que las elecciones, para tratar de perpetuar a Borís Yeltsin.

Karímov, ex dirigente comunista y ex miembro del Politburó de la URSS, gobierna con mano de hierro a los 22 millones de habitantes de Uzbekistán. Occidente hace la vista gorda ante las constantes violaciones de los derechos humanos por considerar que Uzbekistán puede impedir que el islamismo militante penetre en la zona.

Elecciones en el Transdniéster

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Mientras, en la región europea de la antigua URSS, en el Transdniéster, se celebraron ayer elecciones municipales y un referéndum para decidir si la población desea que el XIV Ejército ruso permanezca en esta autoprociamada república (formalmente perteneciente a Moldavia) como "garante de paz y estabilidad". Alexandr Lébed, el polémico general que manda el XIV Ejército, dijo ayer que las autoridades habían decidido celebrar el plebiscito para atraer a la población a las urnas.

"Los políticos locales conocen muy bien la apatía de la población, que apenas se las puede arreglar en esta reserva comunista. Mucha gente no iría a votar a los órganos locales de poder, pero sin falta votarán en el referéndum y, al mismo tiempo, participarán en las elecciones", dijo Lébed. El general no duda de que la mayoría de la población se pronunciará por la permanencia del XIV Ejército en la zona, que unilateralmente se declaró república en 1990 y después proclamó su independencia de Moldavia, ante el temor de que ésta se reunificara con Rumanía.

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