"Los alcaldes siempre prometen que traerán el mar a Madrid"
Miguel Gila (buhardilla en la calle de Zurbano, Madrid, 1919) se ha animado a contar sus cosas para guardar las distancias entre el ayer y el hoy. Son unas memorias para desmemoriados, "porque la gente es muy dada al olvido, y eso no se puede", comenta. El jueves 23, día de la presentación de sus recuerdos, el hotel de los toreros estaba lleno de amigos, como José Luis Coll, Mingote, Iñaki Gabilondo y muchos compañeros de andanzas que aún le quedan de la infancia. Y Miguel Gila, allí, como siempre, con esa cara de bueno que no le abandonaría ni aunque en sus memorias hubiera contado hechos inconfesables. Que no es el caso. Porque en su vida hay de todo, como en botica, según dice muchas veces. Pero a cada cual su página: su abuelo el trapero, su tía la rica, Edgar Neville, Hemingway, la gente del toro y el teatro, sus compañeros de La Cordoniz, el 5º Regimiento, la posguerra, la llegada del humor y los garbanzos... Y tantas otras cosas que se le han oído contar a Miguel Gila, transformadas, afortunadamente; por eso es humorista.Pregunta. Habla de Alfonso XIII cuando. abandona Madrid, ¿dónde andaba metido usted entonces?
Respuesta. Vivía en el Madrid sosegado de mi infancia. Estaba en la escuela, pero por poco tiempo porque la marcha de Alfonso XIII coincidió con la mía de la escuela. Me tuve que buscar un oficio.
P. Cuando usó pantalones largos por primera vez ya tenía su primera novia en la calle de Viriato.
R. Fue un noviazgo corto, porque ella murió. Salté la verja de un convento, en Fernández de la Hoz, y corté las mejores rosas para ella.
P. ¿Los recuerdos no le unen a esta ciudad?
R. He estado 20 años en Argentina y en México, y la verdad es que ahora me encuentro un Madrid distinto. Ya llevo ocho años en Barcelona, porque no sé vivir sin mar. ¡Y como todos los alcaldes de Madrid están siempre prometiendo que traerán el mar y luego nada... Por eso me fui!
P. Del Madrid de su infancia, ¿qué resucitaría?
R. Los bulevares de la calle de Carranza y Alberto Aguilera, las terrazas donde se tomaban las horchatas. Y volvería a aquellos tranvías con jardinera que atravesaban la Castellana; lo impondría como transporte.
P. ¿Cree usted que habría más puntualidad?
R. Lo que creo es que en esta ciudad se vive deprisa para nada. Yo a esa gente que corre tanto le preguntaría adónde va.
P. Usted, por lo pronto, regresa pronto a Barcelona. ¿Qué planes tiene?
R. No tengo planes, mis futuros son siempre de ahora para mañana.
Miguel Gila. Y entonces nací yo. Temas de Hoy. 2.400 pesetas.
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