La fiscal pide que el saboteador de trenes ingrese en un centro psiquiátrico
La fiscal solicitó ayer el internamiento en un centro psiquiátrico del joven Andrés Rabadán, juzgado en la Audiencia de Barcelona por matar a su padre y hacer descarrilar tres trenes del litoral catalán entre finales de 1993 y febrero de 1994. Los psiquiatras coincidieron, al explicar el estado del acusado el pasado miércoles, en que sufre esquizofrenia pararonoide, mal que requiere un estrecho control médico. Los especialistas aconsejaron su ingreso en un centro psiquiátrico y subrayaron el peligro que supone que Rabadán no sea sometido al oportuno tratamiento.La representante del ministerio público, que inicialmente pedía una pena de 23 años de cárcel por el parricidio, cambió su postura por entender que el procesado es un enajenado mental y por ello solicitó su ingreso en una clínica, no en una cárcel. En cuanto a los descarrilamientos, solicita tres penas de ocho años de prisión. En este caso, la acusación sostiene que el procesado no tenía completamente trastornadas sus facultades de conocimiento porque demostró cálculo y precisión al provocarlos.
Estos sucesos no causaron heridos, pero sí una gran alarma, sobre todo en Renfe y los usuarios. La compañía ferroviaria y la Guardia Civil centraron sus sospechas en personas con un perfecto conocimiento de la línea. En el juicio, el joven demostró que no era necesaria técnica.
La fiscal matizó que, dada la particularidad del caso, debe prevalecer el internamiento psiquiátrico sobre la privación de libertad en un penal. El defensor de Rabadán solicitó al tribunal que en los dos casos, el parricidio y los descarrilamientos, se aplique la eximente completa de enajenación mental y que, en consecuencia, se acuerde el tratamiento psiquiátrico del acusado.
El letrado de Rabadán le comparó con Don Quijote: "Como mi cliente, estuvo loco siempre, desde la primera batalla con los molinos de viento hasta que regresó a su casa para morir" . Así, se opuso a la posibilidad apuntada por la fiscal de que Rabadán, una vez que pueda salir del centro médico, ingrese en prisión para cumplir las penas por los descarrilamientos.
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