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José María Aznar rechaza la propuesta de Duran de tregua a cambio de elecciones en 1996

José María Aznar no está dispuesto a dar tregua al gobierno aceptando la propuesta de Unió Demoática (UDC) de pactar un calendario de elecciones anticipadas para el primer trimestre de 1996 acambiode serenar hasta entonces la vida política. Delegaciones del Partido Popular y de UDC, encabezadas por sus principales líderes, Aznar y Josep Antoni Duran Lleida, se reunieron ayer durante 75 minutos en un hotel de Madrid.

Populares y democristianos catalanistas coincidieron en buena parte del diagnóstico de la situación española, pero discreparon de la terapia a aplicar. "Un diálogo desde la discrepancia, pero positivo", en palabras de Duran."Se trata de, una propuesta apreciable", declaró Aznar al término del encuentro, "pero no se sostiene en la realidad de las cosas. No es posible ni deseable por muchas razones de fondo político, económico y electoral", agregó el presidente del PP, quien insistió en su objetivo de forzar elecciones anticipadas en mayo.

Aznar explicó a sus interlocutores que una propuesta semejante a la de Unió se la había planteado él a Felipe González en el pasado, sin ningún éxito. Reconoció implícitamente que la propuesta de Unió ha calado en sectores sociales y económicos del país, aludiendo al encuentro que la víspera celebró con parte de las grandes fortunas españolas, en el que algunos de los asistentes pusieron esa propuesta sobre la mesa.

La delegación de Unió estaba formada, además de por Duran Lleida, por el presidente del pardo y senador, Josep Rigol, y por el portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Josep Sanchez Llibre.

Aznar acudió acompañado de los portavoces en el Congreso, Rodrigo Rato, y el Senado, Ángel Acebes.Prudencia

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La impresión sacada en el encuentro por los políticos catalanes es que los populares no quieren dar un respiro a Felipe González, no sea que éste se recupere a lomos de la recuperación económica y frustre las expectativa electorales del PP. Duran y su compañeros trataron de convencer a Aznar de que una política de apaciguamiento de la tensión política también beneficiaría al PP, porque mejoraría su imagen ante el electorado asustado por la crispación y temeroso de que fracase la recuperación económica.

Los representantes de Unió ratificaron su conocida postura de que no convienen elecciones en 1995 para no perjudicar la recuperación económica y poder superar la crisis financiera. Otro panorama se abrirá el próximo año, cuando resultará conveniente para el país disponer de un Gobierno fuerte capaz de afrontar las difíciles reformas estructurales que reclama la integración, europea.

Duran quiso dejar claro que el diálogo de Unió con el PP no se va a traducir en una relación estable y permanente entre ambos partidos l.. y que no se hace a espaldas de Convergéncia Democrática (CDC), por más que Aznar dijera ayer que apreciaba en Unió "una sensibilidad mayor respecto a la gravísima crisis de España" que en CDC.

También se traté, aunque de pasada, de la política del PP respecto a la normalización língüística. Los dirigentes populares confirmaron su voluntad de suavizar su política de enfrentamiento.

Duran expresó en público su deseo de que la "actitud prudente" del PP en este tema, puesta de manifiesto en las últimas semanas, se consolide y el Partido Popular deje de ser una excepción en el consenso lingüístico existente en Cataluña.

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