Las 'buenas intenciones'

La conferencia sobre la estabilidad en Europa constituye un ejercicio inédito de diplomacia preventiva. Los 52 países reunidos en París quieren impedir que el Viejo Continente se vea de nuevo ensangrentado por un conflicto como el yugoslavo. Pero es tal la amplitud de la tarea que, pese a su nombre, esta conferencia necesitará, sin duda, otras etapas. Balladur tiene motivos para estar satisfecho. Dos años después de definir este proyecto en su discurso de investidura, y tras un año de la puesta en marcha de la conferencia, los resultados son notables: se va a firmar un pacto de estabilidad. Las dos mesas de negociación sobre Europa central y los países bálticos han concluido. Además, el centenar de tratados firmados entre los participantes se volcarán en la cesta de la OSCE que vigilará la aplicación del pacto (...). La modestia de las ambiciones de París impone que se relativicen los resultados. Los contenciosos más graves se eluden: la antigua Yugoslavia y Chechenia (...). Y lo que es más grave, los países de Europa central acusan a los Quince de hipocresía al constatar que la CE fue más indulgente con España, el Reino Unido o Grecia (...). Durante la primera conferencia de París, el príncipe Schwarzenberg, ex consejero de Václav Havel, resumió todas estas críticas citando a Karl Kraus, autor de Los últimos días de la humanidad. "Las buenas intenciones son lo contrario de una buena política". 20 de marzo