El PSOE se impone un presupuesto de crisis ante la expectativa de retroceso electoral

El anunciado descenso electoral del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo no sólo le acarreará una pérdida de poder político, si se confirma,sino también un varapalo económico. A menos votos menos subvenciones oficiales. Los socialistas se han puesto la venda antes que la herida y, ante lo que se les avecina, han elaborado el presupuesto más restrictivo en los últimos 13 años. Los 670 millones menos que reciben anualmente por los malos resultados de las legislativas de 1993 y lo que puedan perder tras los comicios de mayo les imponen la austeridad.

Los ingresos que prevé el PSOE en 1995 ascienden a 4.268 millones, por lo que los gastos se ajustan a esa cantidad a fin de no aumentar la actual deuda, que asciende a 8.635 millones, según los presupuestos elaborados por el responsable de administración y finanzas, Francisco Fernández Marugán.Desde 1993, los socialistas ha comprobado que la realidad electoral les es menos propicia que la expectativa de la que parten. Así, en las elecciones europeas de junio del pasado año se gastaron 777 millones, en tanto que el "extorno" recibido, es decir, el dinero que otorga el Estado a cada partido en virtud de los votos y la re presentación que obtenga en cada elección, fue de 727 millones, por lo que el PSOE sacó de las europeas, además de menos eurodiputados, una deuda de 49 millones.

El responsable de las finanzas, Francisco Fernández Marugán, presentará el próximo sábado al Comité Federal del PSOE un presupuesto con una explicación política en consonancia con esta tendencia a la baja electoral de los socialistas.

Los partidos suelen endeudarse en campaña en función de las expectativas de ingresos del Estado; es decir, que a la hora de gastar se cuenta con el dinero que cree que el Estado le devolverá. Desde 1993, la situación ha cambiado sensiblemente. La pérdida de 15 actas de diputados se traduce en la práctica en 670 millones de pesetas menos de subvención anual, lo que se mantendrá durante toda la legislatura.

Ante las municipales y autonómicas de mayo, el PSOE se está tentando la ropa. En principio destinará 500 millones para las municipales y 100 para las autonómicas. Esta cantidad es1a que aporta la ejecutiva, si bien cada federación tiene, además, su propio presupuesto.

Fernández Marugán escribe en la memoria explicativa del presupuesto que cuanto más dinero del Estado tenga que dedicar a la deuda de campaña electoral, menos actividades ordinarias podrá celebrar el partido y menos deuda podrá pagar.La obsesión de la deuda

Para los socialistas se ha convertido en obsesión su gigantesca deuda histórica, a cuyo pago dedican anualmente lo que marca la ley: un máximo del 25% de lo que reciben del Estado. Durante 1994 han pagado casi mil millones de pesetas para la deuda, que ahora asciende a 8.635 millones.

La memoria explicativa no admite ni una sola alegría. "No hay reserva presupuestaria alguna, lo que implica que ha de asumirse el que no podrán financiarse contingencias o necesidades distintas a las contempladas en el presupuesto". A las federaciones se les impone igualmente criterios de austeridad, ya que, con bastante esfuerzo, la ejecutiva federal tiene que hacerse cargo de las importantes deudas de la organización en Baleares, sobre las que ya pesan órdenes de embargo.

Los ingresos de 1995 llegan al PSOE por esta vía: subvención oficial, 3.500 millones; cuotas de afiliados, 400 millones; cuotas de parlamentarios, 116 millones, y cuotas de cargos de la Administración, 31 millones, entre otras partidas. En total, unos 4.200 millones de pesetas, de los que al pago de deuda se destinarán 875 millones.

Para las elecciones municipales y autonómicas habrá 600 millones; para gastos de personal, mil millones, y para gastos generales, 260 millones. La subvención a las federaciones asciende a 525 millones; a las Juventudes Socialistas, 72, y las aportaciones extraordinarias para situaciones de emergencia, como las de Baleares y Galicia, asciende a 170 millones.