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Un juez investiga la desaparición de un niño prematuro que murió tras el parto

Un juez de Madrid investiga la desaparición del cadáver de un niño prematuro en una clínica privada de Madrid. El niño nació vivo y falleció ocho horas después. Su madre, Asunción Sánchez, de 35 años, ingresó el 18 de enero de 1994 en la citada clínica y dio a luz gemelos. El mayor de ellos -el desaparecido- pesó al nacer alrededor de un kilo; y el menor, 400 gramos. Nació muerto. Cuando sus padres pidieron a la clínica los cadáveres para enterrarlos -tres días después del parto-, nadie sabía nada de ellos.Tras diversas reclamaciones, y con el coche fúnebre esperan do a la puerta del centro médico, los empleados sanitarios sólo entregaron el cadáver del menor de los gemelos. El patólogo de la clínica se lo había llevado a un laboratorio particular -según figura en las diligencias- para analizarlo. En efecto, este análisis es preceptivo cuando el peso del niño muerto es inferior a 500 gramos. Fuentes de la clínica indicaron ayer que el asunto está en manos del juez y reconocieron que se pudo producir "un error" en la custodia del cadáver, cuyo paradero oficial continúa siendo una incógnita. .

La investigación judicial ha permanecido secreta durante unos seis meses y ha sido exhaustiva.No sólo se ha centrado en la desaparición de este niño: el juez ha indagado incluso si se han producido hechos similares con anterioridad en la misma clínica. Existe la sospecha (nunca demostrada) de que algunas clínicas comercializan los tejidos de los fetos para elaborar productos de cosmética. De momento, los resultados de las múltiples líneas de investigación abiertas por el juez han sido negativos al respecto.

La madre del niño desaparecido asegura que, tras el fallecimiento (de sus gemelos, el personal de la. clínica le ofreció tres alternativas: incinerarles, donarlos a la Facultad de Medicina para su estudio o enterrarles. Ella y su marido, Alfredo Díaz, optaron por enterrarles juntos en un mismo nicho. Tramitaron el papeleo mortuorio y quedaron con la funeraria en que el enterramiento se produciría el 21 de enero a las 12 de la mañana, según la madre. Como ella seguía hospitalizada, recuperándose del parto, se encargaron del papeleo su marido y su suegro. El coche fúnebre llegó a la clínica a la hora prevista. El padre de los gemelos reclamó entonces a sus hijos. Tras varias horas de espera sin que nadie diera una explicación convincente, por fin apareció el cadáver del menor de los gemelos. "Me dijeron que lo tenía el patólogo en su casa", señaló ayer la madre. El del mayor, en cambio, no fue hallado en ningún sitio. Los familiares, anonadados, decidieron paralizar el enterramiento hasta que no estuviesen juntos los cuerpos de los gemelos. Como las gestiones de búsqueda del personal de la clínica resultaron infructuosas, la familia decidió acudir a la policía. Fue entonces cuando se hizo cargo del asunto un juez de la plaza de Castilla. La investigación judicial, tras casi un año de pesquisas, no ha llegado a conclusiones claras, según fuentes de la familia. Los responsables del centro han sido llamados a declarar. Su versión consiste en que el mayor de los gemelos, tras fallecer, quedó envuelto en una sábana dentro de una cámara frigorífica, como se suele hacer con los fetos hasta que los padres autorizan su enterramiento. Y luego alguien se equivocó y fue incinerado junto con otro feto también fallecido en esa época.

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El juez estudia si la clínica ha podido cometer una imprudencia en la extraña desaparición del niño

El empleado de la funeraria que se encargó de la incineración de ese otro niño, el 20 de enero de 1994, también ha testificado ante el juez. Según su declaración, el día 20 únicamente se llevó a un niño de la residencia, nunca a dos.Fuentes del centro indicaron ayer que desconocían qué persona se encarga habitualmente de sacar del frigorífico a los fetos que mueren en el hospital. "Eso lo hace una persona de la funeraria, pero bajo la supervisión de una empleada del centró", explicó ayer la madre.

Para averiguar si el día 20 fueron incinerados uno o dos niños, el juez ordenó hace varios meses un analisis de las cenizas de esa cremación. La exploración no ha permitido aclarar nada, según fuentes cercanas a la investigación. Estos medios aseguran que las diligencias están prácticamente concluidas y que el instructor estudia ahora si la clínica pudo cometer alguna imprudencia. "Nosotros hemos colaborado en todo lo que el juez nos ha pedido sin poner ningún obstáculo", dijeron ayer fuentes del centro médico.

Fuentes de la clínica expresan su impotencia para dar una explicación a la extraña desaparición del cadáver, y se centran en el terreno de las hipótesis. Eso sí, descartan cualquier tipo de malas artes. "En esta clínica hemos asistido a casi tres mil partos el último año, sin que se haya producido ningún problema". "En su día", agregaron, "hablamos con la familia y le expresamos nuestra preocupación por lo ocurrido".

La madre del gemelo desaparecido, que vive en Carabanchel, no quiere dinero. "Sólo pido que me entreguen el cadáver de mi hijo o que me aclaren qué hicieron con él. Al principio, todos nos dijeron que los niños estaban muy poco formados y que sus cuerpos no tenían ninguna utilidad. Sin enibargo", dice la madre, "yo he visto un reportaje en televisión donde contaban las muchas cosas que se pueden hacer con los tejidos de los fetos. Por eso, quiero que me aclaren lo ocurrido. Si a mí me hubieran dicho que donase los cuerpos de mis hijos para dar vida a otras personas, lo habría hecho, sin duda, pero... Yo no digo que la clínica haya hecho algo mal, pero sí le pido explicaciones y que, si alguien ha cometido un fallo, que se le exija responsabilidad", apostilla.

Hace dos años, una madre de Alcalá de Henares denunció también ante un juez que había dado a luz un niño prematuro y que, al fallecer éste, le dijeron los médicos que había sido enterrado. Diez años después, la madre acudió al cementerio y, tras pedir autorización, abrió la caja y observó que dentro de ella no había ningún resto humano. La investigación tampoco dio resultado.

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