El guión del enlace
Doña Elena llegará a la catedral del brazo del Rey a las 12.27
M. G. El protocolo, la televisión y la seguridad obligan a que el día del enlace todo esté cronometrado al segundo. Sólo el fervor de los sevillanos, que se lanzarán a las calles, o las anécdotas propias de estas ceremonias pueden modificar el estricto guión de la boda. Esta vez la novia no puede hacer esperar al novio. Una hora antes.
A las 11.30 se abrirán las puertas de la catedral. Por la puerta del Príncipe accederán al templo los representantes de la casas reales; los miembros del Gobierno y demás autoridades lo harán por la de Palos. A las 12.15 llegará el novio acompañado de su madre y madrina, Concepción Saénz de Tejada, condesa viuda de Ripalda. A las 12.27 llegará la novia del brazo de su padre, el Rey, con uniforme de capitán general.
El cortejo nupcial.
Dos alabarderos abrirán el cortejo, encabezado por el infante Carlos y doña Ana y seguido de los duques de Soria; la duquesa viuda de Badajoz y su hijo Bruno Gómez Acebo; la infanta Cristina y el vizconde de la Torre, y la Reina y el príncipe Felipe. Cerrando, la novia con su padre. Doña Elena estará rodeada de pajes y de los seises -un grupo de baile de niños, según la tradición sevillana del siglo XVI-. Uno de los seises llevará las arras y otro los anillos.
La música.
Cuarenta minutos antes de que se inicie el enlace habrá música en el templo. La orquesta y los coros se han situado a la derecha del altar mayor. En el momento de la entrada de doña Elena y su padre sonará el himnno nacional. José Enrique Ayarra, canónigo organista de la catedral, interpretará tocatas de Widor, Vierne, Boellman, las Salidas de Lefvbre, el Canto del caballero, de Cabezón, y la Fantasía en sol menor, de Juan Sebastián Bach. Toda la música ha sido elegida personalmente por la Reina, que decidió prescindir de la tradicional marcha nupcial.
En el altar mayor.
Jaime de Marichalar se situará a la derecha; doña Elena, a la izquierda. En el lateral del novio, su madre, la condesa viuda de Ripalda, y en el de la novia, los Reyes, el príncipe Felipe y su hermana Cristina. La condesa de Barcelona ocupará un lugar destacado al pie de la escalinata del altar mayor, en el lado del Evangelio.
Los oficiantes.
La ceremonia será concelebrada por el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, y el arzobispo castrense, José Manuel Estepa, auxiliado por el deán mitrado de la catedral.
Los testigos.
Doña Elena ha elegido como testigos a sus dos hermanos, a sus primos Juan Gómez Acebo y Alfonso Zurita, a su prima Alexia de Grecia y a sus más íntimos amigos: Marisa Caprile, Rita Allende Salazar, Leticia Espinosa de los Monteros -la presentó a Marichalar-, Luis Carlos García Revenga y Alfredo Fernández Durán (con quien se la relacionó durante algún tiempo). Por el novio estarán sus hermanos Amalio, Ana, Álvaro, Luis, Ignacio y sus amigos Miguel Matossian, Simeón de Habsburgo, Patricia Jessen, Alicia Chapa y Pedro Olabarría.
Una hora después.
Sesenta minutos después de iniciada la boda, los novios, ya marido y mujer, saldrán por la puerta de Palos. Les esperará un coche de caballos, enjaezado a la inglesa con un tiro de seis caballos, todos castaños. Construido en el siglo XVIII, pertenece a la colección de la Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez. Escoltados por coraceros de la Guardia Real a caballo, los contrayentes se dirigirirán a la iglesia del Salvador, donde doña Elena depositará su ramo de novia. En el interior, el coro de la Hermandad del Rocío de Sevilla entonará la Salve rociera. Al filo de la tres de la tarde, y después de un recorrido por el centro de la ciudad, doña Elena y Jaime de Marichalar llegarán al Patio de la Montería. Tras una sesión fotográfica con sus familias y los miembros de las casas reales, comenzará el almuerzo.
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