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García Damborenea se escudó en una gripe ficticia para no recibir en la cárcel a tres diputados del PSOE

Ricardo García Damborenea, ex secretario general de los socialistas vizcaínos, se escudó un ficticio "proceso gripal" para no verse en el compromiso de aceptar la visita de tres diputados del PSOE, según fuentes penitenciarias. Los parlamentarios sí se reunieron con el ex secretario de Estado Rafael Vera. Estas visitas han dividido al Grupo Parlamentario Socialista: unos mantienen que es una actitud personal que no compromete al grupo, mientras la dirección de éste mantiene que la imagen que se da es la de un apoyo del colectivo, junto al temor de que en el futuro se prueben los cargos contra los encarcelados. IU rechaza esas visitas por el apoyo que suponen "a personas acusadas de crímenes gravísimos", según Diego López Garrido.

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Nicolás Redondo Terreros, Ángel Díaz Sol y Francisco Fuentes Gallardo acudieron el pasado miércoles a la cárcel de Alcalá-Meco con la intención de visitar a García Damborenea, pero un funcionario les informó que no podían hacerlo porque el recluso estaba enfermo. Era una excusa.El ex secretario general de los socialistas vizcaínos no se recata en proclamar que es amigo de Nicolás Redondo Terreros, pese a su distanciamiento ideológico, sobre todo desde que aquel apoyó públicamente al PP en las elecciones europeas del año pasado. Pese a esa vieja amistad, el pasado miércoles no aceptó entrevistarse con él ni con sus dos compañeros socialistas quienes, sin embargo, s se reunieron con Vera y con el antiguo secretario de éste, Juan de Justo.

García Damborenea aceptó recibir el pasado día 8 a cinco parlamentarios socialistas. Sin embargo, después consideró que había sido un error de cara a su estrategia defensiva. Por ello, hace unos días comunicó a los responsables de la prisión que no deseaba ver a Redondo, Díaz Sol y Fuentes. Para evitar dar explicaciones, el ex líder socialista ideó la excusa de que no podía recibir a los diputados por sufrir "un fuerte proceso gripal", según revelaron fuentes penitenciarias.

"No cree que este tipo de visitas sean positivas para él. Considera que lo mejor es estar aislado y que su nombre no salga mucho en los periódicos", dijo ayer un funcionario de Alcalá-Meco.

Fuentes penitenciarias han comentado que el recluso "tiene mucha fe" en que la justicia resuelva favorablemente el recurso planteado contra su encarcelamiento, sobre todo tras la excarcelación de los comisarios Francisco Álvarez y Miguel Planchuelo. Dentro de esta estrategia, García Damborenea parece que quiere "marcar distancias" respecto a Vera y otros supuestos implicados en el caso GAL.

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Por otra parte, Vera mantiene un buen estado anímico tras cumplirse el primer mes de su encarcelamiento por orden del juez Baltasar Garzón, según fuentes penitenciarias. Éstas añaden que Vera se ha quejado en alguna ocasión de la lentitud de los trámites judiciales, aunque "confía mucho en que se resuelva a su favor el recurso planteado ante el Tribunal Constitucional". Mientras, dedica su tiempo a caminar a diario unos 14 kilómetros por el patio de la prisión, hace ejercicios de gimnasia, lee mucha prensa y ve la televisión.

Frente a las críticas recibidas incluso desde las filas del grupo parlamentario socialista por estas visitas carcelarias, Redondo, Díaz Sol y Fuentes han expresado su intención de acudir a ver próximamente a Julián Sacristóbal, ex director general de Seguridad del Estado. Éste fue trasladado días atrás desde Alcalá-Meco a Guadalajara por "motivos de seguridad". Sin embargo, fuentes penitenciarias aseguran que en esta cárcel estaba garantizaba su protección.

Quienes han visitado ya a Vera, García Damborenea, San Cristóbal y Juan de Justo insisten en que lo hacen a título personal. Redondo Terreros, Fuentes y Díaz Sol aseguraron ayer que "todo es excesivo" en tomo a estos reclusos, añadiendo que están en un régimen más duro que los comunes".

La cárcel como presión

Los parlamentarios no tienen duda de que el régimen de incomunicación de estos presos obedece al deseo del juez Baltasar Garzón de "minarles la moral" y ejercer sobre ellos una "presión insoportable" que les haga desmoronarse. Los diputados rechazan la versión según la cual sus visitas tienen por objeto animarles "para que no hablen".

El socialista Jorge Novella, que visitó a Vera la semana pasa, da, es más tajante e incluso responde a la dirección del grupo socialista, que ha recomendado prudencia. "Sobre gestos humanos y. solidaridad, no puedo aceptar consignas ni respetar la unidad de acción", proclamó.

Varios congresistas han anunciado su deseo de ver a De Justo y Vera, mientras la polémica está abierta en el PSOE. Sin virulencia, pero con muchas dudas. Algunos diputados están dispuestos a apoyar a Vera, aunque no tanto a Sancristóbal, y otros estiman conveniente que las visitas se hagan con confidencialidad.

El diputado de Izquierda Unida Diego López Garrido cree que no sólo hay que tener en cuenta la ética, sino también la estética. "Puede dar la impresión", señaló, "de que el grupo socialista apoya a personas acusadas de crímenes gravísimos".

Las frecuentes visitas de diputados y ex ministros a los presuntos implicados en el caso GAL hace que los funcionarios de prisiones hablen de 1a romería socialista" hacia Alcalá-Meco. Un socialista ha comentado, con evidente ironía, que las visitas suponen una especie de Gestoras Pro Aministía [organización que apoya a los presos de ETA].

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