Pilár se enclaustra
La realizadora de la boda ha convertido la catedral en un plató cinematográfico y en su hogar
Camuflada hasta la cejas con una gorra de Los Angeles Lakers, calzada con unas zapatillas de deporte, y con un teléfono móvil en cada mano, no vaya a ser que un fallo en las baterías la deje desconectada del mundo exterior, Pilar Miró se pasea desde hace tres días por la catedral de Sevilla. Es su nuevo hogar. Lo será hasta el día de la boda. Ella, que proclama a viento y marea su soltería, vive con la intensidad de una novia las vísperas del enlace. El recinto catedralicio se ha convertido en un plató de cine ante el estupor de las más beatas, que se hacen cruces cuando adivinan desde el exterior la que se ha liado allí dentro. Las puertas del templo se cerraron el lunes a los curiosos. Los preparativos desde entonces son continuos. Los bancos, tapizados en rojo y pintados en dorado, ya están instalados. La policía vigila que nadie entre. Las medidas de segundad, como en toda la ciudad, son extremadamente ngurosas.Entre las tinieblasde la principal se divina una figura menuda y nerviosa que va de acá para allá y que sólo se detiene cuando suena, cómo no, uno de los teléfonos móviles que inundan la ciudad. Entonces, Pilar Miró se reclina en uno de los bancos que el sábado ocupará algún miembro de la realeza. "Vivo aquí dentro. Lo más que hago es salir a la plaza", dice la directora. Tiene los ojos lastimados de tanta oscuridad y en la mirada se adivina la huella del cansacio. Pero Miró tiene una fuerza interior que lo puede todo. En sus manos está el acontecimiento televisivo del año. Catorce cadenas de televisión de todo el mundo recibirán la señal que ella les mandará y 800 millones de espectadores serán sus invitados especiales el sábado. Ellos verán desde sus casas muchas más cosas que los que estarán presenciando la boda en directo.Pilar Miró ha camuflado en la catedral 30 cámaras, pero utilizará en total alrededor de 100, porque también se cubrirá el cortejo nupcial y la recepción en los Reales Alcázares. Ayer, Pilar comenzó a rodar. Un cañón de luz, de esos que iluminan a los cantantes en los macroconciertos, revivía cada detalle ornamental del templo. Sentada ante el monitor se comunicaba con su equipo a través de un interfono. Estas imágenes se emitirán como falsos directos durante la jornada del sábado.Para que ningún detalle falle, hoy habrá ensayo general. Incluso habrá novios. Una empresa de selección ha buscado a los otros novios. Una pareja que tiene las mismas medidas que la Infanta y su prometido. No ha sido fácil encontrar un doble de casi dos metros.
"¿A qué hora comes?", le preguntan a Miró; "¿comer yo?, qué cosas tienes", responde. No tiene tiempo. Va desde el hotel Doña María, situado a pocos metros de, la catedral, hasta el templo, y vuelve. Si la boda no llega pronto, entre el equipo habrá alguna que otra crisis de agotamiento. "Con un poco de suerte acabaremos mañana de montar todo esto",dice el productor del dispositivo.
Desde mañana, por los pasillos del Doña María se mezclarán los trabajadores de TVE con la familia Marichalar. El novio pasará allí su última noche de soltero. Cerca de su habitación está el estudio de televisión desde el que se emitirán los infórmativos.
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