Carta al arzobispo
Me veo en el desagradable deber de transmitirle el desencanto que ha producido en los desempleados de la asociación a la que represento el trato que hemos recibidio de su Arzobispado en nuestra reciente visita a Madrid, a principios del mes de febrero.Si dignas nos parecían nuestras pretensiones y más digrí nuestro interlocutor, esperábamos al menos que la diferenci hacia nuestra condición de desempleados lograra mover los hilos de su caridad y comprension.
Comprobar su ausencia en el día de nuestra cita no fue lo peor Hubiésemos podido comprender sus múltiples ocupaciones, aceptar lo inoportuno de nuestra visita y hasta disculpar el cansancio y escepticismo que tantas desgracias le puedan producir diariamente. No hemos tenido el gusto de conocerle. Parece ser usted inaccesible. Le buscábamos a usted porque entendíamos que nadie mejor que usted podría acoger nuestros ruegos y súplicas, nadie mejor para comprender nuestro sufrimiento. Nos preguntamos si traje, corbata y posición serán también preceptivo a la hora de entrar en el reino de los cielos.-
Presidente de la Asociación Parados Españoles.
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