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Detenidos tres futbolistas de la Liga Inglesa por formar parte de una red de fraude

Tres futbolistas de la Primera División inglesa fueron detenidos ayer bajo la acusación de formar parte de una red dedicada a amañar partidos, en una amplia redada policial en Hampshire y Londres. Dos de los detenidos, Bruce Grobbelaar y Hans Segers, son los porteros del Southampton y del Winibledon. El tercero, John Fashanu, juega en el Aston Villa. Otras dos personas, un hombre de negocios de Malaisla y la novia de Fashanu, fueron arrestadas en Londres.

El estupor y la indignación fueron las reacciones inmediatas en los ambientes futbolísticos británicos al conocerse la noticia de que la policía de Hampshire había detenido a las siete de la mañana a Bruce Grobbelaar. Reporteros furtivos apostados a la entrada de su cottage alquilado en la localidad de New Forests pudieron retratarlo abandonando su domicilio escoltado por dos policías de paisano.El portero, nacido en Zimbabue hace 37 años, no es nuevo en estas lides escandalosas. En noviembre pasado su nombre se había visto envuelto en uno de los asuntos más sucios del fútbol inglés. El diario The Sun publicó un detallado informe de sus supuestas actividades delictivas, desarrolladas en compañía de su antiguo socio Chris Vincent. Según el tabloide, Grobbelaar, antigua gloria del Liverpool, había recibido importantes sumas de dinero para amañar partidos de un sindicato de apuestas del Este asiático.

Aunque la Asociación de Fútbol inglesa no tomó medidas claras contra el guardameta, la investigación policial siguió su curso, y las detención es de ayer son buena prueba de ello. Al arresto de Grobbelaar le sucedió el del guardameta del Wimbledon, Hans Segers, un holandés de 33 años, antiguo jugador del PSV Eindhoven. Después de un interrogatorio de casi tres horas, la policía abandonó el domicilio de Segers, en la ciudad de Fleet, llevándose al propio jugador y varias cajas con papeles y documentación.

Sigilo policial

Al mismo tiempo, oficiales de Scotland Yard detenían en Londres a Heng Suan Lim, un hombre de negocios natural de Malaisia, y a Melissa Kassa-Mapsi, hija de un adinerado diplomático africano y sobrina del presidente de Costa de Marfil. La última detención, la de John Fashanu, jugador del Aston Villa de 31 años, se produjo a primera hora de la tarde en Birmingham. Rod Davies, el responsable policial de la operación, reconoció, que la totalidad de los arrestos se habían hecho en relación con graves acusaciones de corrupción.

En medio del sigilo policial, las noticias fueron cayendo como mazazos sobre las cabezas de directivos y aficionados. Terry Burton, ayudante del entrenador del Wimbledon se limitó a reconocer que las detenciones habían supuesto "un tremendo golpe. No sabemos casi nada y estamos a la espera de ver qué ocurre". Por su parte, el Southampton difundió un escueto comunicado: "El equipo está al corriente de que Bruce está siendo interrogado en tomo a una serie de alegaciones hechas con anterioridad contra él".

El dueño del Winibledon, Sam Hammam, un hombre de negocios de origen libanés, concedió unas declaraciones al vespertino londinense Evening Standard. "El fútbol ha dejado de ser una diversión agradable. Mire donde. mire, este deporte ha adquirido enorme importancia, y se maneja muchísimo dinero en él", explicaba.

Lo cierto es que, pese a la gravedad de las acusaciones hechas en noviembre contra Bruce Grobbelaar, el guardameta había conseguido restablecer su reputación. Una actuación destacada -encajó 21 goles en 18 partidos- había permitido a la extravertida estrella del Southampton recuperar la estima del club y de los aficionados.

Al parecer, de acuerdo con la opinión de varios expertos en fútbol, las mafias de Malaisia, que controlan el desarrollo de cerca del 80% de los partidos en aquel país asiático, habían lanzado sus tentáculos sobre la Liga inglesa.

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