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Un atentado causa 12 muertos en una mezquita de Karachi y seis personas mueren en un tiroteo

Dieciocho personas murieron ayer en Karachi como consecuencia de los enfrentamientos religiosos entre suníes (mayoritarios) y shiíes (un 20% de la población) quehan causado casi mil muertes en el último año. Una bomba situada en una moto estacionada ante una mezquita shií estalló durante el momento de la, oración y se llevó 12 vidas, cinco de ellas de, niños menores de 12 años, y causó también 26 heridos. Poco después, durante una manifestación de protesta de fieles de este grupo musulmán se produjo un tiroteo que se saldó con otras seis víctimas mortales.

Tras el atentado, fuerzas militares desplegaron puestos de control por toda la ciudad como medida preventiva a posibles nuevos enfrentamientos. Los 12 muertos de ayer en la mezquita, sita en el barrio de Malir, al este de la ciudad, y los seis posteriores se suman a los ocho que se produjeron el jueves y a los seis del miércoles, entre ellos dos funcionarios de la embajada estadounidense.Quienes murieron en la mezquita, lo hicieron durante la hora de la plegaria. Esto explica que cinco de los fallecidos sean niños, ya que acostumbran a sentarse en las últimas filas durante el acto religioso. En ese momento había unas 300 personas en el templo. Algunos de los muertos eran mendigos que se sitúan a la entrada del edificio. Uno de los niños fallecidos tenía dos años.

"¿Por qué el Gobierno no puede protegernos? ¿Por qué no nos deja protegernos?", clamaban los shiíes, principales afectados por la violencia, religiosa en Pakistán, frente a la mezquita, cuya entrada era un charco de sangre. Las escenas de dolor y de indignación se reproducían en el hospital de Jinnah, adonde fueron llevados los heridos.

Partidos minoritarios

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La violencia religiosa, que ha causado en lo que va de mes más de 100 muertes sólo en Karachi, capital económica de Pakistán, era desconocida en el país hasta el pasado verano. De Pronto, dos partidos políticos, confesionales pero de escasa implantación, empezaron a disponer de medios y de armas y a causar atentados. Se trata del Sipah-e-Sahaba Pakistán (suní) y el Telirik-e-Jafria Paquistaní (shií). Ambos disponen de abundantes armas, según fuentes diplomáticas, que atribuyen su financiación a fondos saudíes, en el primer caso, e iraníes, en el segundo.

Con todo, el Gobierno de Benazir Bhutto responsabiliza de parte de la violencia a la India, con la que Pakistán mantiene una acérrima, enemistad desde la partición de ambos países, en 1947. El Gobierno de Nueva Delhi ha negado rotundamente su influencia en la situación paquistaní.

En Lahore, donde la pasada semana fue asesinado un dirigente shíí, se manifestaron ayer mismo más de mil personas, en su mayoría suníes, pidiendo el cese de la violencia en Karachi. Muneer Hissain Gillani, uno de los dirigentes del partido, shií Telirik-e-Jafria Paquistaní expresó su perplejidad ante el nueve estallido de violencia: "Los incidentes continuados en las mezquitas y espacios de oración son un intento de extender el fuego sectario a cada esquina", afirmó, y añadió: "El fuego del sectarismo puede propagarse en cualquier momento".

Mientras, ayer. llegaron a Karachi los equipos del FBI que colaborarán con la policía paquistaní en las investigaciones sobre el atentado que costó la vida a dos funcionarios estadounidenses e hirió a un tercero de gravedad. La embajada ha ofrecido una recompensa de dos millones de dólares (unos 250 millones de pesetas) a quien facilite información al respecto.

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