La Copa resucita al Deportivo
La Copa resucitó al Deportivo Después de cuatro meses, los de Arsenio salieron de entre la niebla para ofrecer un partido luminoso, una radiante exhibición de fútbol dirigida por un Fran más incontenible que nunca. El Athletic se protegió durante media hora con un blindaje que parecía impenetrable. Cuando cayó la muralla bilbaína, la noche de Riazor explotó en un festival donde los deportivistas mostraron las más bellas suertes del fútbol.Al Deportivo le costó desatornillar el excelente ensamblaje defensivo del Athletic. Desde el principio, los gallegos parecieron un equipo revivido, como si el cambio de torneo les hubiese transformado también interiormente. Con Fran desparramando su maestría por las cuatro esquinas del césped, el ' Deportivo tuvo ritmo, velocidad y, sobre todo, un ansia que ya se echaba de menos en Riazor. La bota de Fran fue mostrando caminos a sus compañeros. Irureta le había puesto a Larraínzar de guardaespaldas, pero el capitán blanquiazul derrochó astucia para darle el esquinazo al menor despiste. Fran tiró pases diagonales, regates, carreras, amagos y hasta sombreros. Pero el acero bilbaíno permanecía plantado en su sitio.
Y eso que el equipo de Irureta compareció menos defensivo que de costumbre. Goikoetxea salió de extremo derecho, acompañando a Ziganda en el ataque, y Guerrero bajó hasta la sala de máquinas. El Deportivo sudó a mares para anular la clase de Julen y de Garitano. Fue una guerra de desgaste, que ganaron los coruñeses hasta acabar empujando al Athletic contra la tapia. El gol llegó a, la media hora, en una hermosa jugada en la que intervinieron los tres futbolistas más imprevisibles del Deportivo. Por supuesto, la acción partió de Fran, continuó con una pared entre Aldana y Bebeto sobre la raya del área y reventó con el clásico gatillazo del Brasileño.
A partir de ese momento, el juego del Deportivo creció y creció hasta desencadenar una impresionante traca de juegos artificiales al inicio de la segunda parte..
El Athletic hizo lo que pudo por salvar sus enseres de la furia del huracán. Y tal como fue la noche pudo dar gracias por haber salvado al menos algunos trastos.
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