'Que hablen las monjitas'

Éste era el título de un vitriólico y denigrante artículo publicado en EL PAÍS (domingo 26 de febrero), en que un tal Juan José Millás se despachaba a gusto contra la comunidad de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que están al frente del sanatorio Clínica Nuestra Señora del Rosario, en el centro de Madrid. Fue cerca de aquí, donde recordarán, en días pasados tuvo lugar el luctuoso y comenta do suceso de la muerte de un transeúnte que sufrió un infarto a causa del cual murió. Para depurar responsabilidades por falta de auxilio o negligencia de los médicos, los organismos correspondientes han tomado cartas en el asunto y a su debido tiempo se conocerá la responsabilidad de cada cual. Pues, bien, es aquí cuando el periodista inculpa y denigra sin. más a la comunidad de, hermanas. Basado únicamente en suposiciones ("a lo mejor las monjitas odian a Hipócrates (...), quizá a las monjitas les parece un poco ateo ( ... ), a lo mejor es que ahora la enfermedad es, desde el punto de vista religioso, además de un castigo divino (¿?), una fuente de ingresos, es decir, un negocio"), al señor Millás le tiene sin cuidado la presunción de inocencia de. las religiosas; además, manifiesta que "le importa un rábano lo que diga el administrador de Nuestra Señora delRosario ( ... ), lo que me gustaría escuchar es alas monjitas, o sea, a las dueñas del negocio".

Por lo que se ve, cualquier ocasión es buena para arremeter contra la institución religiosa benemérita de la sociedad y del pueblo de Madrid. ¿O es que ya se ha olvidado el señor Millás que fueron estas religiosas las que se volcaron con abnegación ejemplar con los heridos del atentado de ETA acontecido cerca del sanatorio no hace tanto tiempo? Ya sé que estas buenas religiosas no se defenderán de tan burda denigración. Preferirán callarse y seguir trabajando después de un centenar de años con el mismo desinterés que hasta, el presente. El mismo día que se publicaba este denigrante, artículo, los católicos, en todas las iglesias del mundo, escuchábamos y meditábamos las palabras de Jesucristo en el evangelio. "El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal" porque lo que rebosa del corazón lo habla la boca", y yo añadiría: lo escribe la pluma.-