Hassan II de Marruecos critica a los radicales islamicos por su "sed de poder"
"Verdaderas conspiraciones se han urdido contra el islam, presentándolo como una escuela de odio, una religión inadaptada, fosilizada e intolerante" aseguró ayer el rey Hassan H de Marruecos en un discurso radiotelevisado pronunciado con ocasión de la celebración del 340 aniversario de su llegada al trono y que este año ha coincidido con el fin del mes sagrado del Ramadán. Sin llegar a citarlos, el rey Hassan II responsabilizó a los integristas islámicos de favorecer estas visiones desfiguradas del islam al mostrarse "ciegos y sedientos de poder" y dispuestos a acceder al mismo por vías ilegales.
El monarca alegó que este manera de actuar de los radicales islámicos "no tiene ninguna relación con los valores y los preceptos enseñados por el Corán".Hassan II recordó que durante la celebración de Conferencia Islámica el pasado mes de diciembre en Casablanca se "comprendió perfectamente el peligro a que está expuesta nuestra religión y se establecieron las vías y los medios para dar al islam su verdadera vocación", que la convierten en una religión "abierta, tolerante y susceptible de adaptarse a la evolución del mundo".
Pero al margen de las cuestiones religiosas, abordadas por el monarca como jefe espiritual y responsable de la comunidad religiosa, Hassan II trató en su discurso de ayer temas puntuales de Gobierno y sobre todo reflexiones relativas a la situación social, al paro y al desarrollo, trazando así las líneas generales de la política económica del Gobierno formado el pasado lunes y a la cabeza del cual se encuentra Abdelatif Filali como primer ministro.La cuestión social
El rey se mostró profundamente preocupado por la cuestión social y el desarrollo de la economía y habló en su discurso del paro, de la enseñanza, de la privatización y de la necesidad de establecer un diálogo "continuado y eficaz" con el mundo del trabajo. Recordó que estos problemas deberán ser abordados y contemplados en el programa del nuevo Gobierno, que empezará a debatirse mañana domingo en el Parlamento de Rabat, de acuerdo con las directrices emanadas de la Corona meses atrás.
Una vez más, como viene siendo habitual en todos sus discursos, sobre todo desde hace dos años, el soberano no se olvidó de fustigar a la oposición política y de criticar su negativa a entrar en el Gobierno, imposibilitando así la alternancia en el poder. El rey habló del tema con delicadeza, pero anunció al mismo tiempo con firmeza su decisión de continuar luchando en esta línea y aseguró con contundencia que "el realismo acabará por triunfar".
El debate democrático estuvo también presente en el discurso del rey marroquí al asegurar que "nuestra democracia quizás no es aún perfecta, pero es tangible, palpable y perceptible a todos los niveles".
El rey HassanII de Marruecos se comprometió a continuar trabajando a favor de la democracia "sin descanso", hasta "convertirla en un instrumento más eficaz al servicio de los intereses de nuestro pueblo y en defensa de sus derechos legítimos".
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