Los cinco agentes que cazaron a Roldán

El comisario número uno de la denominada promoción Pablo Iglesias; el ideólogo de la reforma policial impulsada por el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch; un experto en lucha contra los GRAPO; un inspector jefe especializado en delincuencia económica; y un inspector de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO) formaron el equipo encargado de capturar a Luis Roldán en el sureste asiático y traerlo sin problemas a España.Miguel Ángel Alonso de la Fuente. Subdirector operativo de la Policía, fue el más listo de los 48 funcionarios que el 22 de diciembre de 1988 ascendieron a la categoría de comisarios. Eso le valió ser el número uno del grupo que desde entonces sería conocido como promoción Pablo Iglesias, debido a que varios de ellos no habían ocultado nunca sus simpatías hacia el PSOE. Alonso era uno de los escoltas del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno de Franco, asesinado con una bomba de ETA el 20 de diciembre de 1973 en la calle de Claudio Coello, de Madrid. Aquel día, Alonso salvó la vida casi por milagro, debido a que no iba en el coche que voló por los aires. 21 años más tarde, el subdirector operativo de la Policía no puede ocultar su satisfacción por haber tenido el privilegio de poner el broche de oro a la operística captura del prófugo Roldán.

Maximiliano García Cantos. íntimo amigo del ministro Juan Alberto Belloch, que le nombró a última hora encargado de relaciones internacionales de la Policía. Ayer no tenía uniforme. Entre sus compañeros está considerado como el ideólogo e inspirador de la revolución emprendida hace menos de un año en el Cuerpo Nacional de Policía. Piloto de helicópteros, fue el comisario utilizado por las facciones más progresistas de la policía para intentar remodelar las fuerzas de seguridad del Estado a mediados de los años 80. Llegó a ser jefe de la División de Enseñanza y Perfeccionamiento, vía desde la que sutilmente se depuró a los agentes más comprometidos con el franquismo. Maximiliano fue uno de los agraciados por las condecoraciones que Roldán oforgó a manos llenas durante su época de director de la Guardia Civil.

Juan Antonio González. Comisario jefe de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, a la que llegó desde la comisaría del distrito de Usera (Madrid). Años atrás estuvo destinado en la brigada de Información, donde se constituyó en un especialista en lucha contra los GRAPO y la ultraderecha. Roldán ha sido una obsesión para él durante meses. Por su culpa ha tenido que viajar en varias ocasiones a París para entrevistarse con el empresario Francisco Paesa, que ha sido el principal hilo conductor para capturar al fugitivo ex director general de la Guardia Civil.

Ahora, González está empeñado en aclarar otro caso que le tortura: el secuestro de la joven Anabel Segura. Ayer, cuando regresó a Madrid, lo hizo sin las llaves de su casa y tuvo que ingeniárselas para poder entrar en su piso y calzarse el reglamentario uniforme del Cuerpo Nacional de Policía.

Rafael Bermejo. Inspector jefe del grupo séptimo de la Brigada Judicial de Madrid, especializado en delitos económicos. Desde su oficina de apenas 10 metros cuadrados, sita en la plaza de Pontejos, de Madrid, ha ido estrechando el cerco en torno a Luis Roldán. La fuga de este personaje le obligó a bucear en el pasado y presente del ex jefe de los tricornios, de modo que "lo sabe todo sobre él". Cree que, si Roldán no se hubiera escapado, jamás se habrían descubierto ni la décima parte de sus negocios. Aparte del caso Roldán, Bermejo ha trabajado en estrecha colaboración con la juez Ana Ferrer, que tramita el sumario en el que aparece implicada la ex directora general del BOE Carmen Salanueva por diversos delitos de tipo económico.

Joaquín Araújo. Inspector jefe de los Grupos Especiales de Operaciones de la Policía. Ayer vestía su uniforme negro de comando. Era quien tenía un más claro aspecto de hombre de acción, en abierto contraste con los demás altos cargos policiales y ministeriales reunidos en torno al superministro Juan Alberto Belloch.

Araújo se unió al grupo de policías en su calidad de experto en artes marciales y en defensa personal, cualidades muy de agradecer en un país donde "podía ocurrir cualquier cosa", según un alto mando policial. En el sureste asiático, los policías españoles actuaron sin ningún tipo de cobertura diplomática y sin ningún tipo de armas. Por eso, el director general de la Policía, Ángel Olivares, decidió que se sumara a la Operación Luna el agente de los GEO, un hombre del que sus compañeros destacan que "tiene muy buena cabeza". Los cinco policías enviados a Tailandia por la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, pasaron miedo en más de un momento. Ayer olvidaron los malos momentos brindando con cava.

¿Se les recompensará con una medalla? Por el momento, en la sede de Interior dicen que no han tenido tiempo de pensar en ello, aunque creen que de algún modo habrá que agradecerles los servicios prestados.