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Una nueva asignatura aumenta las expectativas profesionales de los profesores de filosofía

Los filósofos se preparan para impartir 'Ciencia, Tecnología y Sociedad'

Los nuevos bachilleres tendrán que hacer un esfuerzo por entender las repercusiones sociales y humanas de los avances científicos y técnicos. Tal es el fin que se persigue con una nueva asignatura optativa, -Ciencia, Tecnología y Sociedad- que se incorporará a los programas de segundo curso del bachillerato de la LOGSE.Los profesores de filosofía se consideran especialmente aptos para impartir esta nueva disciplina. Es más, les gustaría ser los únicos en darla, ya que se consideran dañados por una reforma educativa que, a su juicio, les quita horas de docencia y, en consecuencia, posibilidades de maduración a los jóvenes y a la sociedad. Pero Educación, aunque cuenta con que serán preferentemente los profesores de filosofia los que la impartan, por su contenido fundamentalmente filosófico, piensa también en a químicos, físicos y matemáticos.

Mientras la reforma del bachillerato está empezando a aplicarse de forma experimental en algunos centros, los filósofos no pierden su tiempo y muchos de ellos han comenzado ya a acudir a cursos de formación sobre esta nueva asignatura organizados por las universidades y los colegios profesionales.

"Es una reivindicación para que no disminuya tan drásticamente el horario de la filosofía en las aulas", afirma José Antonio Freijo, profesor del Instituto de Bachillerato Salvador Dalí de Madrid y uno de los coordinadores del curso Ciencia, Tecnología y Sociedad organizado por el Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid durante el mes de febrero.

Los cursos tienen como objetivo capacitar a los docentes para impartir la asignatura para que transmitan a los alumnos un pensamiento crítico y filosófico sobre los aconteceres tecnológicos que caminan a pasos de gigante impulsados por los avances científicos y técnicos pero, también por los efectos especiales creados por las pantallas informáticas, televisivas y cinematográficas. "Pretendemos la enseñanza, pero también poner la técnica al servicio del hombre con reflexiones de carácter ético", explica José Antonio Freijo.

Dosis de humanismo

En esos códigos éticos entra la asimilación de los avances de nuestros tiempos pero con una dosis de humanismo que incluya la solidaridad y la prevención de la competitividad en las selvas del asfalto. La formación de profesores pretende descubrir la interacción entre la ciencia, la tecnología y la vida diaria sin dejarse llevar por una carrera o competición por el dominio y el poder, y no tanto formando especialistas en ciencia, tecnología o sociedad, sino dando sentido a estos logros del espíritu humano.

El filósofo Carlos París fue el profesor del seminario del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid y pretendió durante una semana dar una visión antropológica y hacer una clasificación de las distintas técnicas ya sean bélicas, o de la salud o de la enseñanza. "No pienso que los filósofos tengamos el monopolio de la enseñanza de la asignatura de Ciencia, Tecnología y Sociedad", afirma Carlos París, "todo ser humano es un filósofo, como dijo Gramsci. Pero la filosofía tiene que ocuparse de la ciencia y de la técnica".

Para Carlos París, la razón fundamental de esta asignatura es hacer comprender el mundo en que vivimos, el porqué de los factores de deshumanización de la técnica y todo ello sin interpretar los avances simplemente como algo "bueno o malo para la sociedad", afirma. "Tampoco es neutral", añade. "Aun habiendo producido factores destructivos (de la vida, por el belicismo; o de la conciencia por los medios de comunicación)", explica Carlos París, "la ciencia tiene sus aspectos positivos que pueden llevar a un ahorro de trabajo y, con ello, a un mayor ocio y un mejor reparto del trabajo".

En varias universidades existen ya cursos sobre la asignatura. El profesor de la Autónoma de Madrid, Javier Ordóñez, imparte desde hace tres años un curso de diez semanas anuales sobre Historia de la Ciencia y de la Tecnología al que acuden principalmente profesores de Filosofía de Bachillerato, aunque, "vienen de todas las especialidades", comenta. "No tienen por qué ser los filósofos exclusivamente los que den esa asignatura. Si me preguntaran, elegiría preferentemente un filósofo; tienen prioridad, pero no exclusiva".

En esta misma longitud de honda se manifiesta Manuel Maceiras, decano de la facultad de Filosofia de la Universidad Complutense de Madrid, sede del último encierro de protesta de los filósofos contra la "escasa" atención que presta la LOGSE a su asignatura. "Estamos organizando un curso de formación en el que intervendrán filósofos, químicos, físicos y matemáticos", dice, "pero conscientes de que es una asignatura unitaria y que los profesores (tanto de ciencias como de filosofía) deben encontrar en ella una ocasión para una enseñanza multidisciplinar".

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