Los atascos de Londres empiezan a las 5.30
Londres, la inmensa, inescrutable metrópoli con sus siete millones de habitantes censados, la más cosmopolita urbe del mundo, si nos atenemos a la procedencia nacional de sus ciudadanos, se despierta temprano, pero lentamente.El gigantesco metro de la ciudad inicia a las 5.30 el recorrido diario, con frecuencia plagado de incidentes. A esa hora las carreteras de acceso a la ciudad ya acusan el impacto de la llegada masiva de automóviles al centro. Para entonces, muchos distribuidores de prensa hace tiempo que han abierto sus tiendas: a las cuatro y media inicia su jornada Ziba, un pequeño quiosco situado en Notting Hill Gate, dando el toque de diana a la variable y escalonada apertura de los demás comercios.
Los pubs que rodean Smithfield Market, el viejo mercado de carne de Londres, son probablemente los locales más madrugadores de la ciudad.
Como en todas las capitales del mundo, la actividad diaria surge del estómago, es decir, de los centros que manejan el abastecimiento de alimentos frescos a una población aún dormida.
Pero no mucho más tarde que los mercados de abastos, el mercado de futuros (negocios a plazo fijo) de la capital británica, el LIFFE, abre las puertas de su sede, un edificio moderno de escaso carácter arquitectónico, junto a la calle Cannon, situada en plena City (el centro financiero).
Vestidos con llamativas chaquetas de colores, los empleados del mercado de futusos de Londres ocupan sus puestos ante las jeroglíficas pantallas por las que desfila un panorama de riqueza o de ruina, hacia las 6.30.
Les seguirán luego los empleados de la Bolsa y, mucho más tarde -a las nueve de la mañana-, los, de banca.
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