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Una testigo exalta la "labor humanitaria" de Juan Guerra en el despacho de Sevilla

Juan Guerra era una persona muy interesada por ayudar a personas necesitadas de ambiente marginal y humilde. Así lo aseguró ayer Remedios Vargas en el juicio que se sigue contra el ex asistente del vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra. Esta asesora. de empresas de 36 años -ex jefa de servicio de la Sanidad Andaluza, ex militante del PSOE, ex candidata a la Junta de Andalucía por el partido de Ricardo García Damborenea y ex jefa de gabinete de Jesús Gil y Gil-, afirmó que Juan Guerra le envió a gente "que necesitaba una silla de ruedas, o una dentadura, o necesitaba ingresar a un hijo en un centro de desintoxica ción. Vargas reconoció que Juan Guerra también se interesó por otros asuntos del departamento de Salud en donde ella trabajaba, aunque añadió: "Nunca me sentí con ningún tipo de imposición".La declaración de Vargas añadió otras serie de tareas a las ya conocidas sobre la actividad de Juan Guerra en el despacho de Delegación del Gobierno en Sevilla. "Me extraña que no se haya sacado esa labor humanitaria, y sobre todo que ahora se le dé tanta importancia", explicó Remedios Vargas.

Problemas "de vida o muerte"

Juan Guerra ratificó lo dicho por Vargas y lanzó una crítica a las acusaciones particulares: "Cuando se hace una utilización política de los datos, sólo se resaltan los que interesa, pero entre las visitas del libro también había gente que llegaba a pedir algo, gente humilde, que por problemas burocráticos no encontraban solución a sus problemas, que eran graves, algunos de vida o muerte".

Guerra negó, sin embargo, haber actuado "de corre ve y dile" de su hermano con relación a militantes y cargos del partido. "Yo nunca he tenido muchos amigos en el partido. Está claro que ahora no tengo ninguno, pero en aquella época. tampoco los tenía".

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Remedios Vargas también reconoció que al despacho acudían también miebros del PSOE a pedir cosas "y para acercarse a AlfÓnso". "Se sabía que Juan tenía un despacho y desarrollaba esa labor de asistencia de su hermano. Todo el partido usaba eso para acercarse a AlfÓnso". Vargas aclaré como ella misma fue a ver a Juan Guerra para invitar al vicepresidente a unas jornadas sobre Salud, o a transmitir problemas en la relación con Carlos Sanjuán.

La testigo señaló que "en aquel tiempo todo el mundo presumía de conocer a Juan Guerra pero que hoy todos dicen que no le conocen". También aseguró que era "respetado", "infundía pánico" y "era temido". "Era como el Espíritu Santo por llamarse Guerra, y muchos se sentían cortados al hablar con él".

José Luis Contreras, jefe de servicio de Régimen Interno de la Delegación, declaró, a preguntas del juez Agustín del Río, que las visitas al despacho eran tan numerosas que "a veces había más personas que sillas y estaban de pie".

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