Despidos
Yo tengo mucha fe en Jordi Pujol, que sin necesidad de que le votemos todos, y estoy segura de que sin ni siquiera apetecerle, está consiguiendo gobernar en España, y que todas las mañanas abre la tiendecita, se calza la bata a rayas y, antes de que acabe el día, algo acaba cayendo en el cajón. En fin, que como deposito en él una fe ciega, estoy. convencida de que también tiene razón en lo último que ha propuesto sobre el abaratamiento del despido para acabar con la precariedad del empleo. Tiene razón, sin duda, pero no lo sé, ver.Parece que el quid del asunto radica en que, teniendo los no empresarios-osea, prácticamente todo el personal- una necesidad compulsiva y malsana de trabajar a diario y a ser posible hasta caerse muerto, y existiendo una legislación laboral, desde hace alrededor de un año, que permite los contratos eventuales, están los trabajadores, a falta de otra cosa, aprovechándose en plan borde y, dale que te pego, venga a colocarse de precarios en lo que va saliendo. Esto crea, me parece que he entendido, una situación insostenible, sobre todo para los sindicatos, que se van a quedar sin afiliados, ya que no hay quien milite en nada porque, como quien dice, según llega el eventual a su puesto de trabajo no le da ni tiempo para afilar el lápiz. Y además, no corre la pasta, no se estimula el consumo, y encima no hay quien ahorre.
Entonces, la solución a este estado del trabajo transitorial y casi transeúnte, no sería otra que colocarse para siempre pero habiendo pactado antes el despido con el patrón, lo cual dejaría al empleado sumamente tranquilo y lanzado a gastar, pues no hay nada que calme más el ánimo que saber que tienes un contrato eterno eventual. Creo yo que Pujol acaba de inventar la Sacra Rota para el empleo, o sea, como casarse pero sin creérselo, lo que luego sirve para que te den la anulación. Grandioso.
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