Supermujeres
Las damas son capaces de ganar a los hombres en deportes mixtos
Arantxa Sánchez Vicario, aun que por pocos días, ha sido número uno del tenis mundial por delante de Steffi Graf. Incluso se mantiene en dobles. El pasado 2 de enero, una encuesta publicada en EL PAÍS para conocer los mejores deportistas españoles de la historia colocaba a Arantxa en cuarto lugar, sólo superada por Miguel Induráin, Severiano Ballesteros y Ángel Nieto. Si el estudio se hiciese ahora, Arantxa quizá subiría algún puesto más. El futuro es suyo mientras le dure su enorme potencia física. Por primera vez una mujer roza o está en el podio general destinado casi permanentemente a los hombres cuando hasta hace bien poco parecía impensable. Pero eso sólo es una apreciación subjetiva. El tenis está separado por sexos, aunque se jueguen dobles mixtos en los grandes torneos. Las diferencias de potencia entre hombres y mujeres son incomparables. Ya se han hecho algunas pruebas y también se han producido desprecios. En cambio, sí existen modalidades donde las mujeres, en competiciones mixtas, demuestran ser capaces de superar a los hombres. Es evidente que las diferencias entre ambos sexos resultan a ve cesabrumadoras en muchos deportes donde las facultades físicas son esenciales. Incluso se cuestiona por qué ganan el mismo dinero o casi igual cuando el espectáculo no tiene tanta fuer za. Precisamente el caso del tenis es sintomático. Pero la realidad es que la mujer ha recuperado el retraso ancestral en su incorporación al deporte moderno a pasos agigantados. Hubo competición femenina de tenis desde los Juegos de París, en 1900 -aunque desapareció del programa de los Juegos entre 1928 y 1988-, o de natación, desde 1912. Pero la mujer no irrumpió en el atletismo, el rey de los Juegos y la me jor referencia, hasta 1928, 32 años después que los hombres.
Retraso incluído, sí existen ciertos deportes mixtos, con competiciones olímpicas o no, donde la mujer ya puede y gana j al hombre. En ellos no influye decisivamente el físico, aunque también tiene su importancia. La astucia, la audacia y la perfección femeninas son claves.
Pueden ser los casos de la vela, el ajedrez, el automovilismo, el tiro, el montañismo o la hípica. Algunos casos concretos lo demuestran claramente.
Isabelle Autissier. La navegante francesa ha sido más noticia mundial por su salvamento espectacular tras quedar a la deriva en el índico sur, durante la segunda etapa de la Vuelta al Mundo en solitario. Pero ya había ganado la primera con total autoridad y su categoría venía contrastada por su previo récord de la travesía Nueva York-San Francisco, que batió por más de 14 días el 23 de abril de 1994, concretamente con algo más de 62. Precisamente por estar en la cumbre corrió demasiados riesgos, rompió el mástil y acabó perdiendo el barco. Pero es, sin duda, uno de los grandes nombres actuales de la vela de altura y la heredera de otra gran navegante francesa, también acostumbrada a ganar y codearse con los hombres, Florence Arthaud.
Judit Polgar. La joven húngara, la mejor de las tres hermanas que han revolucionado el ajedrez, tan machista como otros deportes, ha sido el asombro mundial al colocarse al nivel masculino en los grandes torneos mixtos en que ha participado y lo sigue haciendo. Primer tablero sin discusión del equipo húngaro en la Olimpiada masculina de diciembre, su última gran hazaña fue ganar invicta el torneo de Madrid el pasado mayo tras imponerse a cuatro de los 10 mejores jugadores masculinos del mundo. No tiene prisa para aspirar a lo máximo. Aún tiene 18 anos y ya ha batido en récords de precocidad a Anatoli Kásparov, a quien quizá acabe alcanzando. Sólo Bobby Fisher la superó, pero el genial norteamericano ya es el pasado. Judit incluso mantiene con él una aceptable relación, pese a que entre sus rarezas está el ser machista y antisemita.
Michelle Mouton. La francesa fue la gran atracción de los rallies en los principios de los años ochenta. Fue segunda del Mundial de 1982, año en que perdió el título en la última prueba, el Rally Bandama de Costa de Marfil, en beneficio del alemá*n Walter Rohrl. Mouton se codeó con otros nombres míticos como el finlandés Hannu Mikkola o.el sueco Bjorn Waldegaard y llegó a ganar pruebas como Portugal y Grecia (Acrópolis) sólo al alcance de las estrellas.
Shan Zhang. La china fue la primera tiradora que gana una final olímpica mixta. Se impuso con total autoridad en la prueba de skeet, una de las dos modalidades de plato, en los Juegos Olímpicos de Barcelona. En las tiradas eliminatorias igualó incluso el récord mundial, con un pleno de 200 platos rotos. Zhang había sido campeona mundial, pero sólo femenina, en 1989.
Catherine Destivelle. Sin que en el montañismo exista comparación -en pista cubierta la competición es separada- sí destaca esta escaladora francesa sus hazañas que muchos hombres no han logrado. Especialista en escalada libre, ha hecho historia con varias ascensiones sucesivas en los Alpes.
Melanie Smith-Nicole Up-hoff. La amazona norteamericana Melanie Smith rozó en los anos ochenta el triunfo en la Copa del Mundo de saltos, algo insólito hasta entonces. Fue fina lista individual, aunque última, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 y formó parte del equipo de Estados Unidos que ganó la medalla de oro por equipos. Ese conjunto era femenino al 50%, pues también estaba Les lie Burr, y se mantuvo esa pro porción para Seúl 88, donde Es tados Unidos obtuvo la medalla de plata con Lisa Jacquin y Anne Kursinski junto al gran Joe Fargis. De todas formas, el gram patio particular femenino con victorias ante los hombres se produce en la doma, otra de las modalidades olímpicas de la equitación, aunque de menor impacto. En los últimos seis Juegos sólo el alemán Reiner Klimke, rompió en 1984 el dominio individual de las mujeres. La última gran estrella, tras la suiza Chistine Stueckelberger, es la alemana Nicole Uphoff, doble campeona olímpica en Seúl y Barcelona.
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