Gas Natural culpa a una contrata de la muerte por asfixia de un operario

La compañía Gas Natural ha eludido cualquier tipo de responsabilidad en el accidente que causó la muerte por asfixia de José María Sánchez Zaneti, de 28 años, cuando trabajaba el pasado martes en una excavación de la ronda de Segovia para revisar una conducción de gas.El fallecido y su compañero Miguel Ángel Pesquero, intoxicado al intentar ayudarle, fueron enviados a realizar los trabajos sin el consentimiento de Gas Natural, según explicó esta compañía. Ambos pertenecían a la empresa Osha, encargada del mantenimiento de las redes de Gas Natural.

Emilio García, portavoz de Gas Natural, aseguró: "Fue un error mandarles allí sin que se hubiese cortado el suministro. Uno de los encargados, al darse cuenta del error, les puso un mensáfono, pero ya era demasiado tarde".

Para Gas Natural, siempre que se envían empleados a este tipo de reparaciones se debe de cortar el suministro y tomar varias medidas de seguridad, como llevar equipo de respiración artificial, colocarse mascarillas y tener apoyo,exterior.

"Nosotros damos cursos especiales de seguridad, en los que no se admite ningún tipo de error", manifestó un portavoz de Gas Natural.

Osha es una de las cuatro empresas contratadas por Gas Natural para realizar las tareas de mantenimiento de sus conducciones en Madrid. Este periódico trató anoche sin éxito de recabar su versión.,

Estado grave

Miguel Ángel Pesquero, que resultó intoxicado en el accidente, seguía anoche en coma profundo en la UCI del hospital Doce de Octubre. Su estado era muy grave.

El concejal de Seguridad, Carlos López Collado, conminó ayer a los sindicatos a que demanden a Osha por las precarias condiciones de seguridad de sus empleados. En caso contrario, López Collado advirtió que será el Ayuntamiento de Madrid quien pondrá en manos de los jueces el asunto. "Se han cometido un cúmulo de imprudencias", destacó el concejal.

El edil del PP basó su crítica en cuatro puntos. "La primera imprudencia que se produjo fue emprender la reparación de una tubería de fundición de 400 milímetros sin cortar previamente el fluido. La segunda imprudencia fue bajar a un pozo de dos metros y medio de profundidad sin un equipo autónomo de respiración", indicó López Collado.

Acto seguido dijo: "En tercer lugar, debería haber estado un tercer operario en el exterior para solicitar ayuda en caso de dificultades. Y en cuarto lugar, fue también una imprudencia que no hubiera ningún técnico cualificado que dirigiera la operación", señaló López Collado durante la Comisión Informativa de Vigilancia y Protección Vecinal, celebrada ayer en el Ayuntamiento de Madrid.